Se dejaban ver por las inmediaciones del estadio Santiago Bernabéu, abanderando una de las facciones más radicales -si no la que más- de los Ultras Sur: Outlaw Madrid. Antonio Menéndez, más conocido como El Niño, era uno de los líderes de la organización. Su historial es bien conocido por las autoridades: asalto a viviendas, extorsión y supuesto tráfico de drogas eran algunos delitos que se le imputaban.
Entre sus acólitos figuraban varios hombres de su confianza: uno de ellos, Óscar del Pino, es el hombre detenido este martes por la Guardia Civil por secuestrar, recibir el pago de un rescate y asesinar a José Luis Vázquez Escarpa, un empresario de Toledo. La banda criminal que encabezaba del Pino tenía previsto repetir esta misma operación “inminentemente”.
“Óscar es un tío peligroso”, cuenta un hombre relacionado con círculos próximos a los Ultras Sur. Según este testimonio, El Niño era el más conocido de los Outlaw Madrid. Del Pino, no obstante, tampoco se le quedaba atrás: “Delito contra la salud pública (tráfico de drogas), tenencia ilícita de armas, extorsión, amenazas y pertenencia a organización criminal” son algunos de los delitos que ahora pesan sobre él.
SE HACÍAN PASAR POR POLICÍAS
Según fuentes policiales, los miembros que integraban el grupo al que pertenecían El Niño y Del Pino no dudaban en disfrazarse de policías para asaltar viviendas. El 6 de octubre de 2014, Del Pino y otro miembro de la banda entraron placa en mano en el apartamento de una abogada madrileña, la redujeron y se llevaron 12.000 euros y un reloj. Esta misma operación la repitieron en otras viviendas, aunque sus objetivos eran dispares: desde traficantes a los que les robaban las drogas hasta un antiguo compañero al que extorsionaron a cambio de 10.000 euros.
Cuando las autoridades detuvieron a El Niño a finales de 2014 en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas tras un viaje a Colombia, en su historial figuraban 19 antecedentes penales. Fuentes policiales apuntan que Óscar del Pino también había sido detenido una docena de veces e incluso llegó a dormir en la cárcel de Soto del Real por algunos de los delitos
UN SECUESTRO QUE TERMINA EN ASESINATO
La última vez que se vio con vida a José Luis Vázquez Escarpa fue el 7 de mayo de 2014, en las inmediaciones del polígono industrial San Gil de la localidad de Illescas. Dedicado al negocio de la chatarra, había acudido a este lugar para cerrar un posible acuerdo con un vendedor. Pero, en realidad, tras esa reunión estaba la banda criminal liderada por Óscar del Pino. Nunca más se le volvió a ver con vida.
La familia de Vázquez Escarpa recibió un aviso: si no pagaba 80.000 euros a los secuestradores, el empresario sería asesinado; la misma suerte correría si avisaban a las autoridades. Los familiares decidieron hacer caso de las indicaciones y efectuaron el pago. Después, el silencio; ninguna noticia del hombre desaparecido.
"En lugar de liberar a la víctima, acabaron con su vida, tal y como habían planificado con antelación", explica la Guardia Civil a través de un comunicado. La Sección de Homicidios, Secuestros y Extorsiones de la Unidad Central Operativa (UCO) del Instituto Armado se hizo cargo de la investigación. Los agentes llegaron a difundir las últimas imágenes en las que se veía con vida a Vázquez Escarpa, en el polígono de San Gil, pidiendo la colaboración ciudadana.
"Los ahora detenidos urdieron una minuciosa planificación del secuestro, habiéndose verificado además durante la investigación su participación en una amplia variedad de tipologías delictivas: delito contra la salud pública (tráfico de drogas), tenencia ilícita de armas, extorsión, amenazas y pertenencia a organización criminal, entre otros", detalla la Benemérita en un comunicado.
PROCEDIMIENTO: SECUESTRO Y DESCUARTIZAR
De acuerdo a las informaciones que maneja la Guardia Civil, la detención de Óscar del Pino y de los demás integrantes de la banda se precipitó "al haberse constatado la planificación de un nuevo asesinato previo secuestro de la víctima", siguiendo el mismo procedimiento que en el asesinato de Vázquez Escarpa: "Tenían la intención de descuartizar a la víctima y hacerla desaparecer".
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