El Tribunal Supremo (TS) ha confirmado una nueva condena de cuatro años y medio de prisión y multa de 1.300.000 euros a Ricardo Mateo, el líder de los Casuals -grupo radical de seguidores del FC Barcelona- por blanquear más de 670.000 euros con falsos premios de lotería y cuentas en Andorra.
En la sentencia, la sala de lo Penal del Tribunal Supremo desestima el recurso de casación de Ricardo Mateo y ratifica también la condena que la Audiencia de Barcelona impuso a su esposa de 3 años y 3 meses de cárcel y multa de un millón de euros.
Se trata de la segunda condena del Supremo contra el líder de los Casuals, la facción más violenta de los ultras Boixos Nois, tras una primera en 2015 de 15 años y nueve meses por varios delitos relacionados con robos, tráfico de drogas y palizas.
Así, el Supremo rechaza los recursos al considerar que los bienes investigados procedían de la amplia actividad delictiva del condenado y concluye que la prueba en la que se ha basado la Audiencia Provincial "no es que sea abundante, es abrumadora, y ha sido perfectamente analizada por la sentencia recurrida, en un ejercicio de motivación, que es irreprochable".
Los hechos probados narran la amplia actividad delictiva de Mateo, condenado por multitud de delitos, entre ellos tráfico de sustancias estupefacientes, robos violentos, extorsiones, etc.
Unas actividades delictivas por las que la pareja obtuvo cantidades de dinero, que fue introducido en el mercado económico con sucesivos y numerosos actos de ocultamiento.
Por ejemplo, con la constitución de sociedades, negocios deficitarios, compras de inmuebles, de joyas, de vehículos de alta gama, falsos premios de lotería, así como el ingreso de 247.000 euros en cuentas bancarias de Andorra. Blanquearon 673.299 euros.
La sentencia, de la que ha sido ponente Julián Sánchez Melgar, destaca la importancia de perseguir el delito de blanqueo de capitales para evitar que se convierta en una actividad rentable.
Y advierte de que este delito, ejecutado a gran escala, puede menoscabar el sistema económico y afectar al buen funcionamiento del mercado, así como de los mecanismos financieros y bursátiles.
Los magistrados argumentan que criminalizar el blanqueo es muy útil porque permite la captura del delincuente, precisamente en función de sus flujos económicos, aspecto éste de gran trascendencia, y en donde está "el punto débil" de las redes delictivas. Y es también muy importante, añade la Sala, porque es muy útil para luchar contra las organizaciones criminales.
El Supremo explica que el blanqueo se vertebra en tres fases sucesivas y enlazadas: la colocación de los capitales en el mercado, la distracción para disimular su origen delictivo y por último la reintegración del dinero, ya blanqueado, que vuelve a su titular.
Aunque reconoce la dificultad de la investigación para desentrañar los mecanismos de ocultación ideados por el delincuente, para dar apariencia de normalidad empresarial y tener así cobertura para camuflar las ganancias derivadas de actuaciones delictivas.
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