El equipo brasileño del Flamengo se proclamó campeón de la Copa Libertadores el sábado frente al River Plate y el domingo celebró el campeonato junto a sus aficionados, realizando un habitual paseo en autobús por las calles de Río de Janeiro.
La ciudad brasileña se tiñó de rojo y de negro para recibir al reciente campeón de Sudamérica y los jugadores pudieron ofrecer la copa a sus seguidores.
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