Violentos enfrentamientos tuvieron lugar en un partido de clasificación para el Mundial 2022 entre Malasia e Indonesia, el martes en Kuala Lumpur, obligando a la policía a intervenir tras lanzamientos de bengalas y de botellas. Veintisiete seguidores de Malasia y catorce de Indonesia fueron detenidos, precisó el responsable de policía, Mohamed Mokhsein Mohamed Zon, a los medios locales.
Todos fueron liberados después, pero la policía investiga el incidente del 19 de noviembre del 2019. Durante el partido, las aficiones rivales comenzaron a lanzarse proyectiles durante el partido que se terminó con la victoria (2-0) del equipo local. Pero lo más serios incidentes estallaron al término del partido, con lanzamientos de bengalas y botellas en una de las entradas del Bukit Jalil Stadium.
Se trata del último incidente en un partido entre estas dos naciones rivales, tras los ocurridos en el duelo de ida en Yakarta. Aficionados malasios habían sido amenazados y les fueron lanzados proyectiles durante el partido.
El ministro de Deportes malasio tuvo que ser evacuado del estadio y la policía había utilizado gases lacrimógenos para dispersar a la multitud en el exterior del recinto. La FIFA multó con USD 45 000 (unos 40.000 euros) a Indonesia.
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