El domingo 23 de junio de 1968, en el Monumental de River, al finalizar el clásico con Boca 0 a 0 con un estadio colmado, se produjo la tragedia más recordada del fútbol argentino: apretujados, muertos por asfixia, fallecieron 70 jóvenes hinchas visitantes que salían por la "Puerta 12".Las primeras conjeturas situaron la responsabilidad en los controles riverplatenses, cuando se dijo que "no estaban sacados de su lugar los molinetes que sirven para control en el ingreso de los simpatizantes".
Pero las pericias judiciales y centenares de testimonios recogidos determinaron que hubo responsabilidad de la Policía Montada.Murieron 70 hinchas situados en la tribuna de Boca, sobre la salida que da a la avenida Figueroa Alcorta, casi Udaondo. El partido había terminado 0 a 0 y la gente de Boca empezó a salir antes que la de River.Uno de los gerentes de River, Onofre Andújar, fue el encargado de reconstruir los hechos.Mucho tiempo después, el dirigente que perteneció a la comisión directiva que presidía el escribano William Julián Kent, ante una consulta periodística puntualizó que "la tragedia se originó cuando la gente de Boca que todavía estaba arriba, en la parte alta, arrojó papeles encendidos a la calle", evocó Andújar."Abajo estaba la Policía Montada formada en fila y aquellos papeles encendidos pusieron nerviosos a los caballos", reconstruyó."Los primeros hinchas de Boca que salieron se encontraron con policías que no podían controlar a sus caballos y desde enfrente a la trágica 'Puerta 12', reprimieron a unos pocos que produjeron desorden", siguió.El trajinado expediente judicial que reunió varios cuerpos y centenares de fojas reafirma los dichos del más antiguo dirigente de River.
"Los hinchas que salían volvieron y, en un tramo de la bajada, quedaron atrapados con los otros que venían descendiendo", explicó hace un tiempo el propio Andújar.Para el periodista y escritor Amílcar Romero, de 63 años, con varios libros publicados sobre "la muerte en la cancha", la cuestión de los molinetes "fue una excusa"."Al domingo siguiente, la hinchada de Boca coreaba algo que concluía con que fue la yuta hija de puta", añadió.El encuentro fue deslucido y las expectativas se centraron cuando Angel Clemente Rojas, con 23 años, de un manotazo le sacó la gorra a cuadros a Amadeo Carrizo, que a los 42 años llevaba cinco partidos sin goles en contra y la usaba como cábala. Al cabo estuvo cuatro jornadas más con el arco invicto.Esa tarde, el veterano Amadeo engañó a Norberto Madurga, con un ademán, haciéndole creer que estaba en offside, cuando el volante de Boca -al año figura de su equipo- se iba solo al gol.De las 70 víctimas, hubo una persona mayor que falleció por un infarto cardíaco. El resto, más de la mitad, no llegaba a los 25 años."River pagó todos los juicios", concluyó el entonces portavoz millonario cuando habían pasado 30 años del inconcluso debate por la salida o no de los molinetes de la trágica "Puerta 12". .
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