Casi de 250 agentes, cuatro veces más de lo habitual, velarán esta tarde para que el posible ascenso del Málaga CF sea una fiesta en la que no se registren incidentes graves. Para ello se ha establecido un amplio dispositivo que incluye un riguroso control en los aledaños del estadio La Rosaleda, vigilancia aérea y vallado y protección de los dos principales puntos de celebración de eventos deportivos en la ciudad: la plaza de la Constitución y la del General Torrijos.La Unidad de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional llevará el peso en este despliegue. 150 efectivos de la V unidad, divididos en tres grupos, iniciarán su trabajo dos horas antes de que de comienzo el encuentro.
El inspector jefe encargado del dispositivo explicó que, a pesar de que no se trata de un partido de máxima rivalidad entre aficiones, y que en principio no está previsto que se pueda producir un llegada considerable de seguidores del CD Tenerife, rival esta tarde del equipo malacitano, las precauciones que se adoptarán son máximas. La primera fase del operativo es la que tiene más carga de trabajo. Incluye la escolta de los autobuses de los clubes y del cuarteto arbitral, para lo que la UIP cuenta con la colaboración de la Policía Local de Málaga, cuyos 86 efectivos destinados a este cometido ayudarán en los cortes de tráfico para que el trayecto hasta el estadio sea el más corto posible. Previamente, los Técnicos en Desactivación de Explosivos (Tedax) y los miembros de Guías Caninos de la Policía Nacional inspeccionarán el perímetro de seguridad, revisando contenedores y otros puntos en los que se pudiese almacenar artefactos y objetos contundentes que pudiesen ser empleados con violencia.Los agentes de la UIP se desplegarán inicialmente en los exteriores de La Rosaleda.
"Se vigilarán los accesos y las taquillas para evitar la reventa y que los aficionados puedan introducir armas. Se aplica con rigor la Ley del Deporte, por lo que se quitarán lo tapones de las botellas, no se permitirá la entrada de alcohol y se identificara y cacheará a cualquier sospechoso", explicó el citado inspector jefe.La segunda fase del dispositivo tiene su escenario en el interior del campo. "Vigilaremos a los hinchas potencialmente más conflictivos, tanto a los que pertenezcan a grupos locales como a los visitantes. Es muy importante evitar que se enciendan bengalas, porque un partido de fútbol es un evento lúdico en el que hay que no se puede permitir que la euforia o el fervor vaya más allá", manifestó el responsable policial, quien señaló que en estos operativos "es importante pasar desapercibido, no interferir en el espectáculo.
Nuestra presencia no debe ser intimidatoria, pero sí debe hacer que el ciudadano se sienta seguro. Que se sienta mal sólo el que va con la intención de hacer algo malo". Este momento del operativo también incluye una vigilancia permanente del árbitro y los linieres, de ahí que en las bandas también se aposten agentes, y de las zonas comunes, como los aseos y los bares, durante el periodo de descanso. No obstante, los aledaños del estadio no permanecen desguarnecidos durante el encuentro, ya que un retén de agentes permanece en el lugar.
Éstos son los que sirven de avanzadilla al despliegue de la tercera fase, para la que están previstas dos dispositivos cuya aplicación dependerá de que el Málaga CF ascienda o no. En el caso de que el club se convierta en nuevo equipo de Primera División, se derivarán efectivos a las plazas de la Constitución y del General Torrijos ante el previsible traslado de aficionados a estos dos puntos de la ciudad para celebrar la subida de categoría. Previamente, la Policía Local cortará la circulación en vías anexas y redistribuirá el tráfico para evitar grandes retenciones y los servicios operativos habrán vallado las fuentes de las Tres Gracias y la de la Constitución para impedir que la gente trate de bañarse en ellas.
Como en concentraciones de masas de este tipo, se requisará cualquier objeto que pueda ser utilizado como arma y se identificarán a todas las personas que puedan resultar sospechosas. De producirse un desenlace feliz en el partido, el operativo también tendrá un punto álgido en la calle Larios, ya que está previsto que los jugadores y directivos acudan al hotel Larios a saludar a la afición.
En el caso de que el esperado ascenso no se produzca, los esfuerzos policiales se centrarán en los exteriores de La Rosaleda para intervenir si se producen incidentes derivados del malestar del objetivo incumplido.El inspector jefe manifestó que, tanto en una opción como en otra, el dispositivo de seguridad podría prolongarse hasta las cuatro de la madrugada. Esperemos que el final sea feliz y sin altercados.
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