Unos 200 seguidores del Dinamo de Bucarest intentaron asaltar el domingo el vestuario de su equipo después de que éste quedara sin opciones de conseguir el título de Liga al perder en casa por dos goles a cero con el FC Brasov, informó este lunes la prensa rumana.
Los radicales trataron de entrar en el vestuario para agredir a los jugadores al término del partido, y sólo la intervención de la Policía rumana evitó que llegaran hasta ellos.
Algunos de ellos lanzaron piedras contra los agentes que formaban un cordón policial ante el párking de los vestuarios.
Las fuerzas del orden se vieron obligadas a utilizar gases lacrimógenos para dispersar a los violentos, y siete aficionados fueron detenidos y llevados a comisaría.
El Dinamo de Bucarest perdió cualquier posibilidad de ganar la Liga rumana, que está ahora en manos de un tribunal de arbitraje deportivo de Lausana, que debe decidir si devuelve al segundo clasificado, el FC Timisoara, los seis puntos con que fue castigado por irregularidades legales por la utilización de sus viejos colores tras la refundación del club.
A falta de una jornada, el modesto Unirea Urziceni ocupa el primer lugar con 69 puntos, y espera el pronunciamiento del tribunal para saber si es campeón matemáticamente.
El FC Timisoara es tercero con 61 puntos, por detrás del Dinamo, que tiene 65.
De recibir los seis puntos con que fue penalizado, el Timisoara lucharía por el título con el Unirea Urziceni en la última jornada, y desbancaría al Dinamo del segundo puesto que da acceso a Europa. El tribunal hará pública su decisión el 5 de junio.
Los radicales trataron de entrar en el vestuario para agredir a los jugadores al término del partido, y sólo la intervención de la Policía rumana evitó que llegaran hasta ellos.
Algunos de ellos lanzaron piedras contra los agentes que formaban un cordón policial ante el párking de los vestuarios.
Las fuerzas del orden se vieron obligadas a utilizar gases lacrimógenos para dispersar a los violentos, y siete aficionados fueron detenidos y llevados a comisaría.
El Dinamo de Bucarest perdió cualquier posibilidad de ganar la Liga rumana, que está ahora en manos de un tribunal de arbitraje deportivo de Lausana, que debe decidir si devuelve al segundo clasificado, el FC Timisoara, los seis puntos con que fue castigado por irregularidades legales por la utilización de sus viejos colores tras la refundación del club.
A falta de una jornada, el modesto Unirea Urziceni ocupa el primer lugar con 69 puntos, y espera el pronunciamiento del tribunal para saber si es campeón matemáticamente.
El FC Timisoara es tercero con 61 puntos, por detrás del Dinamo, que tiene 65.
De recibir los seis puntos con que fue penalizado, el Timisoara lucharía por el título con el Unirea Urziceni en la última jornada, y desbancaría al Dinamo del segundo puesto que da acceso a Europa. El tribunal hará pública su decisión el 5 de junio.
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