Los 300 aficionados del FC Cartagena que viajaron ayer a Soria para estar en el estadio junto a sus jugadores tuvieron una mala tarde por la derrota de su equipo y por la mala experiencia que denuncian que sufrieron al acceder a Los Pajaritos.
El presidente de la Federación de Peñas del FC Cartagena, Pencho Angosto, explicaba ayer a este diario que cuando iban a entrar al recinto, "un señor que se identificó como el jefe de Seguridad del Numancia nos paró y nos impidió en un principio acceder. Nos pidió que nos identificáramos y al decirle que éramos un afición pacífica, se puso y violento y llegó a decir que allí entraba quién él quería. porque era Dios".
Pero la odisea, según comentan, no hizo más que empezar en ese momento, porque "nos cacheó en profundidad, sin respetar que había niños y mujeres. Nos hizo que dejáramos los palos de las banderas, pese a que son flexibles y se permite su entrada a los estadios y llegó a impedir que metiéramos algunas pancartas, aunque no eran ofensivas".
Los aficionados se sentían "maltratados por este señor", que tuvo "una actitud prepotente que no habíamos visto antes en los múltiples viajes a otros campos que hemos hecho durante la temporada", afirman.
Angosto se estaba planteando ayer a última hora de la noche poner una denuncia por el trato recibido, pero finalmente optará por "poner en conocimiento del Cartagena lo que nos sucedió y ver lo que nos recomiendan desde el club. No obstante, no se deben permitir esta acciones", concluye.
El presidente de la Federación de Peñas del FC Cartagena, Pencho Angosto, explicaba ayer a este diario que cuando iban a entrar al recinto, "un señor que se identificó como el jefe de Seguridad del Numancia nos paró y nos impidió en un principio acceder. Nos pidió que nos identificáramos y al decirle que éramos un afición pacífica, se puso y violento y llegó a decir que allí entraba quién él quería. porque era Dios".
Pero la odisea, según comentan, no hizo más que empezar en ese momento, porque "nos cacheó en profundidad, sin respetar que había niños y mujeres. Nos hizo que dejáramos los palos de las banderas, pese a que son flexibles y se permite su entrada a los estadios y llegó a impedir que metiéramos algunas pancartas, aunque no eran ofensivas".
Los aficionados se sentían "maltratados por este señor", que tuvo "una actitud prepotente que no habíamos visto antes en los múltiples viajes a otros campos que hemos hecho durante la temporada", afirman.
Angosto se estaba planteando ayer a última hora de la noche poner una denuncia por el trato recibido, pero finalmente optará por "poner en conocimiento del Cartagena lo que nos sucedió y ver lo que nos recomiendan desde el club. No obstante, no se deben permitir esta acciones", concluye.
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