La acusación particular ha pedido una condena de tres años y cuatro meses de cárcel para el hincha del Real Betis acusado de lanzar una botella contra Armando Ribeiro, portero de Athletic de Bilbao, durante un partido en el estadio Manuel Ruiz de Lopera.
Los hechos ocurrieron el 15 de marzo de 2008 en el campo del Real Betis, cuando el portero del equipo visitante recibió en la cara el impacto de una botella lanzada desde la grada por el hincha, que a continuación fue retenido por los propios espectadores que le rodeaban.
Fuentes del caso han informado hoy a Efe de que la Fiscalía de Sevilla ha pedido para el acusado C.P.R., de 40 años, una condena de dos años de cárcel por un delito de lesiones y doce meses de multa por un delito de desórdenes públicos.
La acusación particular que ejerce el equipo bilbaíno solicita, por su parte, tres años de cárcel por el delito de lesiones y cuatro meses de prisión por desórdenes públicos, mientras que la defensa del acusado ha reclamado la absolución, han añadido las fuentes.
En las declaraciones prestadas hasta ahora, el acusado aseguró que no increpó a nadie, que no pretendía causar ningún daño ni alcanzar a Armando y que actuó sin saber por qué lo hacía.
En el juicio que celebrará en los próximos meses un juzgado penal de Sevilla, el acusado se enfrentará además al pago de una indemnización de 11.000 euros al lesionado.
El guardameta vasco fue alcanzado en el ojo y el impacto le produjo una herida que requirió puntos de sutura y le dejó varios días de baja.
Al igual que sucedió con el botellazo que recibió en febrero de 2007 el entonces entrenador del Sevilla, Juande Ramos, durante un partido contra el Betis en el estadio Ruiz de Lopera, las acusaciones añaden al delito de lesiones otro de desórdenes públicos, pues la agresión provocó una alteración del desarrollo del encuentro y un riesgo de incidentes entre ambas aficiones.
El acusado, que se encuentra en libertad bajo fianza de 3.000 euros, fue acusado inicialmente por el fiscal de un presunto delito de lesiones con uso de medios peligrosos, lo que conlleva una pena de hasta 5 años de cárcel.
La botella utilizada, que está depositada en el juzgado como prueba para el juicio, era de medio litro y tenía el tapón puesto.
Los hechos ocurrieron el 15 de marzo de 2008 en el campo del Real Betis, cuando el portero del equipo visitante recibió en la cara el impacto de una botella lanzada desde la grada por el hincha, que a continuación fue retenido por los propios espectadores que le rodeaban.
Fuentes del caso han informado hoy a Efe de que la Fiscalía de Sevilla ha pedido para el acusado C.P.R., de 40 años, una condena de dos años de cárcel por un delito de lesiones y doce meses de multa por un delito de desórdenes públicos.
La acusación particular que ejerce el equipo bilbaíno solicita, por su parte, tres años de cárcel por el delito de lesiones y cuatro meses de prisión por desórdenes públicos, mientras que la defensa del acusado ha reclamado la absolución, han añadido las fuentes.
En las declaraciones prestadas hasta ahora, el acusado aseguró que no increpó a nadie, que no pretendía causar ningún daño ni alcanzar a Armando y que actuó sin saber por qué lo hacía.
En el juicio que celebrará en los próximos meses un juzgado penal de Sevilla, el acusado se enfrentará además al pago de una indemnización de 11.000 euros al lesionado.
El guardameta vasco fue alcanzado en el ojo y el impacto le produjo una herida que requirió puntos de sutura y le dejó varios días de baja.
Al igual que sucedió con el botellazo que recibió en febrero de 2007 el entonces entrenador del Sevilla, Juande Ramos, durante un partido contra el Betis en el estadio Ruiz de Lopera, las acusaciones añaden al delito de lesiones otro de desórdenes públicos, pues la agresión provocó una alteración del desarrollo del encuentro y un riesgo de incidentes entre ambas aficiones.
El acusado, que se encuentra en libertad bajo fianza de 3.000 euros, fue acusado inicialmente por el fiscal de un presunto delito de lesiones con uso de medios peligrosos, lo que conlleva una pena de hasta 5 años de cárcel.
La botella utilizada, que está depositada en el juzgado como prueba para el juicio, era de medio litro y tenía el tapón puesto.
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