Al principio la nostalgia cubrió a los seguidores del Athletic, cuando los muros de la ‘Catedral’ cayeron. Hoy, el recuerdo sigue vivo pero con la sensación de haber dado un paso hacia adelante, comenzando a superar dicha añoranza. La pasada semana, el Nuevo San Mamés se estrenó con sus cuatro graderíos en dos encuentros: uno histórico que dio acceso a la Champions League y otro liguero. Y, aunque ambos concluyeran con el mismo sabor de victoria, aún es pronto para decir que el efecto del público en la nueva casa influyera decisivamente en ellos. “Todavía se tiene que ganar ese respeto… Bueno, nos lo tenemos que ganar”, comentaba un aficionado este sábado en los alrededores del majestuoso estadio.
Aún con alguna mínima zona en obras, el Nuevo San Mamés ya funciona prácticamente a pleno rendimiento. Tras vivir un año con un mural en uno de sus fondos, esta 2014-2015 la ha empezado luciendo sus 53.332 asientos, y todas las facilidades que brinda una construcción de la segunda década del siglo XXI. “Ahora hay más sitio en el baño y mejores infraestructuras en caso de emergencia. Porque el antiguo era una ratonera, como pasara algo…”, explica otro hincha rojiblanco.
Desde hace un año se podía comprobar que el actual “es más cómodo” que el antiguo, y esta semana pasada se desveló el ‘efecto’ que sobre el rival tiene la presión de este Nuevo San Mamés, con las cuatro gradas rodeando el césped. “Mmm… no es lo mismo. Es lo que tiene adaptarse a las nuevas reglamentaciones. Actualmente se debe dejar un espacio amplio entre la línea de banda y la grada. Nos ha pasado lo mismo que a un bar que abre de nuevas: tiene que adaptarse a la ley de ese momento, mientras que uno que lleve tiempo, puede continuar ejerciendo su actividad tal y como estaba… Como el viejo San Mamés, en el que casi podías tocar desde primera fila al rival. Y eso ahora no puedes”. Con este ilustrativo ejemplo, el abonado y camarero de un establecimiento frente al estadio, pone en una balanza algunos pros y contras que él ve. “Antes estábamos muy juntitos y escuchabas eso de ‘échate a un lado’. Ahora nos tenemos que tumbar para tocar al de al lado”, comenta en tono jocoso.
Más aficionados con sus puntos de vista: ¿una vez que ya ha visto cómo es un partido con el Nuevo San Mamés completo, va a echar de menos el antiguo? “Yo creo que no. A lo bueno se acostumbra uno rápido. En este se está más cómodo y cabe más gente”. Sí. Casi 14.000 más.
Ahora bien, ¿cómo siente este San Mamés que influye en el juego? ¿Es un jugador número 12? Tras recibir varias respuestas dubitativas al respecto, hay un socio que resume bien las contestaciones: “No hay el mismo ruido, pero eso es porque nos estamos conociendo. Todavía se tiene que ganar ese respeto… Bueno, nos lo tenemos que ganar”. De momento, no hay prisa. La Liga está comenzando y al estadio -si dura lo mismo que en el centenario San Mamés- le quedan 99 años más.
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