El ambiente se encontraba muy caldeado y una chispa terminó por provocar el incendio. El partido de fútbol entre Jaén y Cádiz, que sobre el césped acabó con empate a uno, se convertía en una absurda batalla. Gran parte de la hinchada local no perdona que tres de sus antiguos ídolos (cuatro si se cuenta al ausente Jona) abandonaran este verano al club blanquillo para firmar por el equipo gaditano.
Antes de empezar el choque ya se comprobaba el malestar de la parroquia con sólo echar un vistazo a las gradas de La Victoria. «Nuestra sangre frente a su oro», «Mercenarios», y una pancarta con un jugador amarillo ahorcado ilustraban el graderío. Entonces el club decidía mantener las pancartas al considerar que no se trataba de un comportamiento violento.
Después de los reiterados abucheos a Servando, Fran Machado y Espinosa, en la última acción éste se revolvía ante Urko Arroyo debido a un impacto en el rostro del jienense. Una gran parte de la afición, muy caliente, lo consideró una provocación por parte del cadista y comenzó a insultarlo.
Entonces, en el fondo norte, se produjo una tangana con el padre de Juanma, Benjamín Espinosa, como protagonista. Según la versión de algunos seguidores presentes, reconocieron al progenitor y le empezaron a increpar. Éste se enfrentó y otros dos aficionados le agredieron y lo tiraron dos filas hacia abajo. La rápida intervención de los demás aficionados de la grada y la llegada de los agentes de seguridad permitieron que el incidente no fuera a más. La Policía tomó los datos de los dos agresores, ya localizados, y Benjamín Espinosa (abonado del Jaén) fue atendido por heridas de diversa consideración en los brazos, además de tener el rostro hinchado por el impacto. Pese a las reticencias iniciales, terminó denunciando a los supuestos agresores.
Reacción del Jaén
Los tristes acontecimientos han provocado la rápida respuesta del Real Jaén. En un comunicado oficial, «lamenta profundamente los hechos acaecidos, en los que resultó agredido un socio de nuestra entidad», los «condena» y «se pone a disposición de Juan Manuel Espinosa para cualquier cuestión que precise con relación a tan deleznable acto».
A su vez, «desea agradecer el comportamiento respetuoso de nuestra afición, ejemplo de civismo, y que al igual que este consejo, rechaza cualquier acción aislada de este tipo, que ensucia el nombre e historia del Real Jaén CF».
También la peña Juanma Espinosa ha emitido un escrito en el que condena la agresión y pide al club que tome cartas en el asunto. Esta sección de Arbuniel ha mantenido el nombre de su paisano y tuvo que aguantar algunos gestos maleducados el pasado sábado, siempre de manera aislada y no unánime. En la misma tesitura se manejan los directivos de la federación de peñas del Jaén. No obstante, existen voces discrepantes con respecto a esta versión. El aficionado Mario Redecillas asegura que estuvo presente en el incidente y fue Benjamín Espinosa quien inició la pelea.
Los jugadores, sorprendidos
Los mismos jugadores llegaban esa jornada a La Victoria conscientes de que habría aficionados que censurarían su actuación, pero no esperaban que el público mostrara «una respuesta tan unánime», como reconoce Servando.
«El fútbol tiene memoria selectiva y se quedan con el último año, el del descenso», apunta el central. Este isleño de 30 años, que ha jugado tres temporadas en la capital del Santo Reino a un excelente nivel, decidía este verano volver a casa para estar más cerca de su familia y jugar en el equipo de su tierra. Incluso perdonó dinero a la entidad blanquilla para llegar a un acuerdo rápido. Pero eso no le libró de las críticas.
«Aquí viví un ascenso inolvidable y me quedo con esos buenos recuerdos que me dejaron mi estancia en esta ciudad», terminaba el de La Isla.
Con la mirada triste salía del vestuario Fran Machado. Allí le esperaba su hermana, y una legión de seguidores que no olvidan el sacrificio del granadino. Fran también fue muy pitado, a la vez que un buen puñado de hinchas locales reconocía esos cinco años en los que militó en la sociedad jienense. Estuvo hasta ocho meses sin cobrar y se quedó ayudando pese a la espantada de otros compañeros en tiempos pasados. «Para mí era un partido especial porque volvía a Jaén después de cinco años dándolo todo por este club. Ha habido opiniones buenas y malas. Me quedo con los que me trataron bien porque aquí he pasado años muy buenos».
Una mala tarde para estos tres jugadores, que confiaban en haber dejado huella, y también para un grupo de aficionados cadistas que también resultó increpado por ultras locales. Afortunadamente, la rápida respuesta de la seguridad privada y de las fuerzas del orden público evitaron mayores incidentes. El autobús cadista tardó mucho en abandonar La Victoria pero lo hizo con el apoyo de un centenar de aficionados jienenses que sí tuvo memoria y agradeció los buenos años de este trío de futbolistas que llevó al Jaén a la categoría de plata. Así cerraban la noche camino de Cádiz, ya pensando en tomarse la revancha en la vuelta. Pero sólo sobre el campo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario