Si ante el Eibar se vivió en el terreno de juego un partido ilógico, lo que ocurrió en la grada estuvo a la misma altura para el resto de los aficionados blanquiazules, que en muchos momentos silbaron debido a la situación esperpéntica vivida entre los grupos de animación pericos. La 1900 quedó resquebrajada después de cuatro jornadas anteriores en las que la convivencia entre Curva y Juvenil no era la mejor. En esta ocasión, una parte de la Juvenil se reubicó en el estadio y acudió a la esquina superior del Gol de El Prat, mientras que la Curva estuvo en su lugar habitual. El club le dio permiso al primer grupo de aficionados para cambiar de zona con tal de “garantizar su seguridad” debido a las “amenazas recibidas” los últimos días, según comunicaron fuentes pericas a este diario.
El Espanyol va a seguir con su misma política. Durante la semana se estudiarán las imágenes del partido en la zona de La 1900, donde hubo unos incidentes cuando, alrededor del minuto 18 de partido, varios integrantes de este colectivo bajaron las escaleras para retirar la pancarta de este único grupo de animación. El club constató que “hubo diferentes incidentes” y que “se atacó a los agentes de seguridad privada” por lo que no se descartan nuevos burofax y sanciones a aficionados.
El club mantiene su “firmeza” para construir un espacio sin intolerantes y sin violentos, mientras que varios miembros de la Curva reiteran que esto es una persecución. Para el próximo encuentro, ante el Athletic Club, la entidad espera volver a la situación de “normalidad” de los anteriores partidos, con La 1900 llena, siempre y cuando “se garantice la seguridad de todos los aficionados”.
Al margen de la situación deportiva, muy mejorable teniendo en cuenta que el equipo perico está más cerca del descenso que de Europa, el asunto social es otro de los quebraderos de cabeza de la directiva de Chen Yansheng en este arranque de campeonato.
El primer equipo. Pese al alboroto, la plantilla sí que destacó el comportamiento positivo de la grada durante todo el encuentro, incluso después de un primer tiempo malo con un 0-3 casi definitivo. Aunque hubo momentos de silencio por el ambiente enrarecido, los decibelios fueron aumentando a medida que la igualada empezaba a ser una realidad.
Al final, el equipo aplaudió en mediocampo ante los aficionados que acudieron al RCDE Stadium. Una imagen de unidad que no se vio en la grada.
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