El Valencia cf se puso desde el primer momento manos a la obra para encontrar lo antes posible al autor del lanzamiento de la botella de plástico con agua que impactó sobre todo en Neymar. Por eso, desde el club ya se han solicitado a la policía las imágenes de las cámaras que graban metro por metro todo el graderío de Mestalla, con el fin de determinar con exactitud al espectador, situado en la Grada Joven, que provocó una situación que puede traer serias consecuencias.
Eso, al margen claro está, de la propia actuación que hará al respecto la policía y que seguramente puede acarrear por parte de Antiviolencia una propuesta para una importante sanción económica además de una prohibición de entrada a cualquier recinto deportivo durante un determinado periodo de tiempo.
Desde Curva Nord se efectuó nada más acabar el partido un movimiento al respecto para, de alguna forma, intentar desmarcarse del botellazo. Condenó este colectivo este hecho, sabedor de que desde hace un par de años se ha incrementado considerablemente las medidas sancionadoras sobre este tipo de incidentes. Hay que tener en cuenta que en circunstancias similares que se han producido con anterioridad, se han llegado a cerrar por un determinado número de partidos los sectores del estadio implicados directamente.
Coincide lo del botellazo a Neymar con la tensión interna que se vive desde hace algunos meses entre el club y el colectivo de Curva Nord por el conflicto surgido por la política de venta de pases que se ha puesto en marcha esta temporada.
De cualquier manera y al margen de la condena que la propia afición hace de este hecho, todavía persiste entre los seguidores la actitud -provocadora en algunos casos- de los futbolistas del Barça, sobre todo en el momento de la celebración del gol de penalti de Messi. Es verdad que el partido había alcanzado una gran tensión y que eran los últimos instantes del encuentro, pero sorprendió ver que Messi fue a celebrar el tanto justo donde están los aficionados más radicales del Valencia.
Además y según recogieron las imágenes de televisión, los gestos y las ofensas -Neymar, por ejemplo- contribuyeron también a elevar un poco más la tensión.
En el Valencia no sentó nada bien no sólo esta celebración sino lo que ocurrió después del botellazo. Varios jugadores se llevaron las manos a la cabeza -Mascherano y Suárez, que se tiró al suelo, se quejaron sin verse afectados por el objeto- aunque en realidad el impacto fue sobre todo en Neymar.
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