El partido disputado este sábado en el estadio de Anoeta de San Sebastián entre la Real Sociedad y el Sevilla contó con un incidente que tuvo, indirectamente, al Cádiz como protagonista. Una bandera del club amarillo colocada por un aficionado fue retirada por las fuerzas del orden y las cuatro personas que protestaron la decisión fueron expulsadas del estadio.
El aficionado que porta esta bandera es socio del club vasco, pero lleva años colocando la bandera del Cádiz y nunca ha tenido ningún problema porque hasta el momento nadie ha considerado que esto se pudiera interpretar como una provocación o un gesto que atentara contra el orden dentro de un recinto deportivo.
Teóricamente, la decisión de retirar la bandera se ampara en la Ley 19/2007, que tiene objetivo central erradicar la violencia en el deporte, además de prevenir, controlar y sancionar con rigor cualquier manifestación violenta en el ámbito de la actividad deportiva, especialmente, cuando adquiere connotaciones de signo racista, xenófobo o intolerante. Y no es el caso, desde luego.
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