Hoy, como cada 26 de diciembre, el Reino Unido está de fiesta. Millones de personas, ya sea en directo en los estadios o a través de la televisión, van a disfrutar de una jornada futbolera que va mucho más allá de la Premier League. Van a disfrutar del Boxing Day.
Por tradición, por cultura, los británicos tienen muy arraigado el vivir el fútbol en familia durante las Navidades. Es una quimera encontrar una entrada para ver un partido en Old Trafford, Craven Cottage o Anfield Road en estas fechas. Una auténtica quimera.
En España se intentó hace algunas temporadas incluir una jornada en medio de las Navidades, pero no cuajó. Y no lo hizo por múltiples motivos. Todos se quejaron: aficionados, futbolistas, clubes… Desde LaLiga pretendían ganar dinero vendiendo su producto en fechas diferentes a las habituales, pero hicieron una chapuza y el tiro les acabó saliendo por la culata.
Desde hace algunos años se suele hacer coincidir una ronda de Copa del Rey con el Día de Reyes. Esos duelos suelen ser poco atractivos, se suelen disputar en campos medio vacíos y las audiencias no suelen ser brillantes. A pesar de ello, se sigue haciendo.
En Italia, aprovechando el ‘boom’ Cristiano Ronaldo, este año han querido copiar a Inglaterra, Escocia e Irlanda del Norte y hoy también van a tener jornada liguera, y no sólo en la Serie A.
Habrá que ver como funcionan los partidos a nivel de aficionados. Hay dos duelos que sobresalen por encima de todos, el Atalanta-Juventus y el plato fuerte de la jornada, el Inter-Nápoles.
Jugadores y aficionados, reticentes al Boxing Day en España
A día de hoy, se puede entender que la AFE (Asociación de Futbolistas Españoles) defienda los intereses de los futbolistas modestos y que luche para que las categorías que no pertenecen al fútbol profesional disfruten de vacaciones en Navidad y Año Nuevo.
Sin embargo, no se puede entender que jugadores profesionales de Primera y Segunda no estén dispuestos a realizar su trabajo, a dar espectáculo, durante las navidades.
Lo curioso es que en España la opinión de los futbolistas va de la mano con la de muchos aficionados, que piensan que la Navidad es una fiesta para pasarla en familia y no para ir al fútbol.
Lo que es impensable es que, aunque se hiciera algún año, el Boxing Day español se pareciera al inglés. Hoy, cientos de trenes atestados de aficionados con camisetas, gorros y bufandas de sus equipos se cruzarán en armonía entre Leicester, Liverpool, Manchester, Londres, Brighton, Leeds, Oxford…
Miles de pubs abrirán sus puertas y sus grifos de lager para dar cobijo y sustento a los que prefieran la forma alternativa de vivir los duelos, ya que no hay sitio para todos en los estadios.
Esta forma de pasar una jornada futbolera, con aficionados viajando de forma masiva en trenes, con gradas repletas de fans visitantes y con familias enteras compartiendo la tarde en un estadio, sólo es posible en Inglaterra. Por eso, por mucho que Italia lo intente hoy con Cristiano, o España algún día para hacer caja, el espíritu del Boxing Day no tiene (ni tendrá) sentido más allá del Canal de La Mancha.
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