El cartel indicador y la voz del estadio anuncian, casi en el final de los noventa minutos, que hay 21.383 espectadores y se produce un griterío de aprobación que por un momento, desenfoca a los hinchas locales del Al Ain.
El estadio Hazza Bin Zayed, que costó 145 millones de euros, y que se estrenó el 23 de enero de 2014 luego de poco más de un año en ser construido, tiene capacidad para 25.000 espectadores pero raramente se llena y de hecho, tras la histórica victoria frente a River, muchos creen que puede llegar a estar completo para la Asian Cup de enero próximo.
La disposición de los hinchas para la semifinal del Mundial de Clubes, aunque el estadio no tiene la forma cilíndrica del de Racing, se parece mucho a la vieja época, cuando en Avellaneda los locales iban a la bandeja de abajo y los visitantes a la de arriba, aunque al revés.
Los hinchas millonarios se fueron colocando en la mitad inferior tanto atrás de los arcos como en el medio, y en la parte superior los del Al Ain, que llegaron muy cerca del inicio del partido y cuando los argentinos pensaron que serían prácticamente locales y no tendrían oposición, pero fue todo lo contrario.
Con túnicas blancas hasta las sandalias, los simpatizantes del popular Al Ain (es el que más camisetas vende en los Emiratos Árabes Unidos y hasta es reconocido en toda la zona geográfica) cantaron durante todo el partido alentando a su equipo, y con tambores que generaban un sonido especial del que, con el paso de los minutos, se fueron colgando los argentinos al agregar un "River Plei" en el final.
En los momentos más fuertes, cuando su equipo atacaba o en las pelotas paradas (especialmente en los tiros libres ofensivos), los hinchas del Al Ain, que coparon casi toda su tribuna en una especie de continuidad blanca, copiaron en parte el modelo que hicieron famoso los islandeses en la Eurocopa de Francia en 2016, aplaudiendo una sola vez y dejando mucho tiempo hasta el aplauso siguiente y con el grito de "uh", aunque a diferencia de los nórdicos, encendiendo sus celulares al mismo tiempo, lo que aumenta la eficacia entre el sonido y la imagen hacia el campo de juego.
Cuando ya el partido se hizo complicado para River, los locales seguramente no entendieron el "siga siga siga el baile, al compás del tamboril, que esta noche los cogemos, a los putos de Al Ain", pero algo habrán intuido porque desde el segundo tiempo, cada vez que River se acercaba a su arco hacían bullas y chiflaban en todo el estadio a los jugadores argentinos.
Tampoco faltó la versión árabe de "Decime qué se siente", cantada en forma completa y reiterada durante el partido, y el aliento especial a Caio y el griterío de apoyo cada vez que el arquero local Khalid Elisa (también de la selección nacional de Emiratos Árabes Unidos) tomaba la pelota con sus dos manos ante remates de jugadores de River.
También en ocasiones especiales, como cuando se acercaba el final del alargue, surgió desde las tribunas el "¡Al Ain, Al Ain!". Para sorpresa de los hinchas de la Banda, muchas veces sus canciones fueron tapadas por los emiratíes, que parece que conocen muy bien del folclore del fútbol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario