La afición del Recreativo merece un monumento por su fe, su entrega y compromiso a lo largo de 130 años de historia. Y desde hoy mismo lo tendrá junto al Nuevo Colombino, donde cada quince días disfruta y padece, pero siempre vibra con su equipo. En homenaje a la hinchada albiazul y en el marco de los actos de celebración del 130 aniversario de la entidad, el Ayuntamiento de la ciudad ha inaugurado una colosal obra de casi cuatro metros y más de dos toneladas de peso que rinde tributo a quien ha sido parte vital en la historia del Decano: su gente.
El monumento a la afición del Recreativo está cargado de simbolismo. La escultura del autor onubense Sergio Sánchez está inspirada en la obra No quiero verte llorar del periodista y colaborador de Huelva Información, Juanma Garrido Anes, editada por Pábilo Editorial. El libro cuenta la lucha por la supervivencia en las horas más oscuras de la entidad. Su portada reflejaba a un abuelo al que dos nietos consolaban en su pesar por la situación del club. Era la inocencia de dos nietos que sufren por la pena de sus abuelos. Como ellos, dos aficionados del Abuelo, como llaman cariñosamente los aficionados a su Recre, sostienen a quien representa en sus canas y su bastón al propio Recre. Son los nietos los que sujetan a su abuelo como la hinchada mantiene en pie al club. Juntos celebran un gol. A su lado, varios asientos vacíos en una réplica exacta del graderío del Nuevo Colombino permite a los aficionados que acudan a verlo poder compartirlo, sentarse junto a las esculturas, fotografiarse con ellas y sentirse parte de ese monumento.
El acto de inauguración ha contado con la presencia del alcalde de la ciudad, Gabriel Cruz, y el presidente del club, Manolo Zambrano, así como de numerosos recreativistas y figuras de la historia de la entidad albiazul. Numerosos miembros de las categorías inferiores, de la plantilla actual y aficionados así como leyendas albiazules como Luzardo, Núñez o Sivianes han acompañado al club en el acto.
Detalles del monumento a la afición del Recre.
La obra se encuentra situada sobre una base de hormigón que sirve de lienzo para un recorrido icónico por la historia del club a través de sus escudos, sus estadios por los relieves del Velódromo y el Colombino o momentos imborrables como los ascensos o el trágico 20 de diciembre. Todos ellos tienen su guiño en la obra.
El monumento se encuentra ubicado en la explanada próxima a Gol Norte del estadio, una ubicación que permite a los seguidores verlo en el horizonte cuando caminen desde la ciudad hacia el campo, tener el perfil del estadio delante cuando se siente en él y la Ría, tan importante en el origen del Decano, a sus espaldas.
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