El vicepresidente del club, José María Sardá, narró en el programa de radio El Transistor cómo tras el partido, tanto él como el presidente del club, Raúl Martín Presa, fueron increpados por un grupo de aficionados cuando se dirigían hacia su coche.
"Nos han esperado a la salida y cuando hemos subido al coche, lo han rodeado y han comenzado a dar patadas al vehículo, llegando incluso a romper uno de los espejos retrovisores. Nos han dicho burradas de todo tipo que no quiero repetir", aseguraba Sardá desde el cuartel de la Guardia Civil de Tarazona, donde acudieron a poner una denuncia al respecto.
A su salida del cuartel, Martín Presa intentaba llamar a la calma: "Tenemos entre todos que intentar calmar y vivir en una situación de paz. No nos gusta la violencia, por suerte no ha pasado nada", dijo.
Este intento de agresión a los directivos rayistas llega solo un par de días después del incidente ocurrido el pasado domingo en el estadio vallecano. Los insultos que los Bukaneros profirieron al jugador del Albacete Roman Zozulya, al que llamaron "puto nazi", provocaron que el árbitro decidiera suspender el encuentro. Se trata de la primera vez que ocurre algo así en el fútbol español.
Tras la suspensión, ambos clubes respaldaron la decisión arbitral y desde la directiva del Rayo criticaron con dureza la actitud de estos aficionados. "Sentimos pena y vergüenza de que esto pase. Aquí se forma a los futbolistas en el respeto", dijo entonces Martín Presa.
En esta línea se manifestaba también José María Sardá este martes tras el suceso en Tarazona. "Pedimos respeto", destacaba. Y reconocía que los jugadores también fueron increpados por este mismo grupo tras el partido de Copa. Sardá, sin emabargo, destacó el buen trato recibido en todo momento por parte del Tarazona: "Se han portado fabulosamente".
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