La afición del Espanyol acabó el partido hastiado con el rendimiento de su equipo tras la derrota contra Osasuna y la protesta siguió fuera del campo. Unos doscientos aficionados se concentraron a la salida del párking para abroncar a futbolistas y directivos.
Un cordón de Mossos d’Esquadra y la seguridad privada del club les separó del túnel por donde los automóviles salían. En plena protesta, el director general corporativo, Roger Guasch, y el vicepresidente, Carlos García Pont, bajaron desde las oficinas hasta el lugar. Los directivos trataron de apaciguar los ánimos y conversaron con algunos hinchas. La manifestación improvisada no fue a más y se disolvió sin mayores incidentes.
El Espanyol va penúltimo en Liga, a cinco puntos del límite del descenso y todavía no han ganado un solo partido en el RCDE Stadium. Tanto jugadores como el entrenador, Pablo Machín, agradecieron a los aficionados el apoyo e incluso les pidieron perdón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario