Una marea de banderas croatas inundó hoy las calles de Viena horas antes del encuentro de la Eurocopa que enfrenta a Austria y Croacia en el estadio vienés de Ernst Happel. Unos 5.000 aficionados de ese país, vestidos con la camiseta cuadriculada rojiblanca de la selección nacional, se paseaban horas antes del inicio del encuentro por la plaza de la catedral de San Esteban, fuera de la "milla de los aficionados" oficial establecida para que los hinchas sigan los partidos.
El alto precio de la cerveza en el complejo disuadió a la afición visitante a acudir a esta "fanzone", que sí fue ocupada por la hinchada local. La línea del tren metropolitano que lleva al estadio donde se juega el partido hoy estaba prácticamente tomada por estos hinchas que se dirigían al campo, donde se disputa a las 16.00 horas (GMT) el tercer encuentro de esta competición en su segundo día. Los hinchas cantaban, tocaban bocinas de aire comprimido y saltaban por las calles ante la generalizada opinión en Croacia de que su combinado va a derrotar fácilmente al anfitrión austríaco. De hecho, Croacia está en el puesto 15 de la clasificación mundial de los mejores equipos de la FIFA, mientras que Austria está en el lugar 92. A media tarde y pese a la gran aglomeración de ruidosos eslavos en la capital vienesa, las autoridades no habían anunciado ningún incidente digno de mención.
Una transeúnte se preguntó quién había quedado en Croacia, si sus 4,5 millones de habitantes parecían estar todos en Viena. De hecho, las autoridades austríacas informaron hoy de que se esperaba la llegada a Viena de unos 50.000 croatas, para unirse a los 14.000 que residen habitualmente en la capital del Danubio.
Lo cierto es que la hinchada balcánica casi eclipsaba a los aficionados locales en los alrededores del coliseo donde se celebrará el encuentro de apertura del Grupo B de la Eurocopa 2008, y el primero que se celebra en la co anfitriona Austria, tras la inauguración ayer del torneo en Suiza.
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