El Athletic de Bilbao ha vencido 0-3 al Austria de Viena y se ha clasificado para la siguiente ronda de la Europa League en un encuentro que tuvo que ser interrumpido unos 20 minutos por una invasión de campo llevada a cabo por los aficionados más radicales del conjunto local.
El Athletic cumplió ante el Austria de Viena el objetivo de asegurar la continuidad en la Liga Europa, al firmar una goleada (0-3) en un encuentro marcado por los incidentes provocados por los ultras locales, que invadieron el terreno de juego y obligaron a interrumpir un partido que terminó reanudándose.
Los hombres de Joaquín Caparrós saltaron al césped del estadio Franz Horr en un ambiente frío en lo atmosférico pero bien caldeado en las gradas, con 11.000 aficionados violetas animando a un equipo al que sólo le valía la victoria para seguir vivo en la competición europea.
Con el apoyo de la parroquia local y con la estadística de 12 meses sin perder en casa, los locales se lanzaron a la carga y al poco del pitido inicial Acimovic, la estrella de los alpinos, ya dispuso sin éxito de una falta que no pasó de la barrera.
La reacción del Athletic llegó en el minuto 19. A balón parado tras una falta, Yeste lanzó un duro tiro que a duras penas pudo despejar el cancerbero austríaco.
El rechace fue recuperado por Fernando Llorente, que lo intentó de cabeza primero y, tras el despeje de Safar, apuntó de nuevo a puerta, esta vez sin salvación posible para los de Viena (0-1).
Los austríacos no se amilanaron y con una gradas volcadas siguieron presionando hacia el área vasca El aviso más serio llegó en el minuto 34 de los pies de Acimovic, quien tras una falta de San José, sancionada con la cartulina amarilla, ajustó un balón al palo izquierdo que se quedó a centímetros de convertirse en el 1-1.
El partido entró entonces en una fase de estancamiento, con los vieneses poniendo más ganas que buen juego. Pero el buen reparto del juego de Acimovic no bastaba para compensar las carencias de ideas y técnica de los locales.
Tras el descanso, a la poca visión de juego de los dos equipos se unió la falta de visibilidad provocada por las bengalas y que obligó a detener el encuentro durante varios minutos.
Tras la reanudación, los dos rivales despertaron del letargo y, aunque con cuentagotas, comenzaron a sumarse si bien no opciones de gol, al menos las ocasiones con cierto riesgo.
En ese toma y daca estaban cuando una dura entrada a Muniain, cuando encaraba el área rival, creó la jugada que abrió definitivamente la puerta de su segundo tanto al equipo vizcaíno.
El saque de la falta fue rematado por Llorente en una sucesión de despejes y tiros a puerta, hasta que el esférico llegó a los pies de San José, quien colocó el 0-2 en el marcador.
Con su equipo ya sentenciado, parte de la hinchada local se olvidó del fútbol y se dedicó, primero, a lanzar objetos a los jugadores vascos y luego a asaltar el terreno de juego.
Ante la agresión de los radicales, los jugadores del Athletic se marcharon a los vestuarios y la Policía antidisturbios tuvo que formar un cordón para evitar problemas mayores.
Ni las llamadas al orden de la directiva del Austria ni los propios esfuerzos de los jugadores por calmar a los aficionados disuadieron a los violentos. Sólo tras 20 minutos de vergonzoso espectáculo, el partido pudo reanudarse.
Con la grada ya instalada en el insulto, el Austria quedó a merced de un Athletic que aún tuvo varias ocasiones claras de la mano de De Marcos, Yeste y, sobre todo, Llorente, que el minuto 85 sólo tuvo que empujar un pase de De Marcos para clavar el 0-3.
El Athletic cumplió ante el Austria de Viena el objetivo de asegurar la continuidad en la Liga Europa, al firmar una goleada (0-3) en un encuentro marcado por los incidentes provocados por los ultras locales, que invadieron el terreno de juego y obligaron a interrumpir un partido que terminó reanudándose.
Los hombres de Joaquín Caparrós saltaron al césped del estadio Franz Horr en un ambiente frío en lo atmosférico pero bien caldeado en las gradas, con 11.000 aficionados violetas animando a un equipo al que sólo le valía la victoria para seguir vivo en la competición europea.
Con el apoyo de la parroquia local y con la estadística de 12 meses sin perder en casa, los locales se lanzaron a la carga y al poco del pitido inicial Acimovic, la estrella de los alpinos, ya dispuso sin éxito de una falta que no pasó de la barrera.
La reacción del Athletic llegó en el minuto 19. A balón parado tras una falta, Yeste lanzó un duro tiro que a duras penas pudo despejar el cancerbero austríaco.
El rechace fue recuperado por Fernando Llorente, que lo intentó de cabeza primero y, tras el despeje de Safar, apuntó de nuevo a puerta, esta vez sin salvación posible para los de Viena (0-1).
Los austríacos no se amilanaron y con una gradas volcadas siguieron presionando hacia el área vasca El aviso más serio llegó en el minuto 34 de los pies de Acimovic, quien tras una falta de San José, sancionada con la cartulina amarilla, ajustó un balón al palo izquierdo que se quedó a centímetros de convertirse en el 1-1.
El partido entró entonces en una fase de estancamiento, con los vieneses poniendo más ganas que buen juego. Pero el buen reparto del juego de Acimovic no bastaba para compensar las carencias de ideas y técnica de los locales.
Tras el descanso, a la poca visión de juego de los dos equipos se unió la falta de visibilidad provocada por las bengalas y que obligó a detener el encuentro durante varios minutos.
Tras la reanudación, los dos rivales despertaron del letargo y, aunque con cuentagotas, comenzaron a sumarse si bien no opciones de gol, al menos las ocasiones con cierto riesgo.
En ese toma y daca estaban cuando una dura entrada a Muniain, cuando encaraba el área rival, creó la jugada que abrió definitivamente la puerta de su segundo tanto al equipo vizcaíno.
El saque de la falta fue rematado por Llorente en una sucesión de despejes y tiros a puerta, hasta que el esférico llegó a los pies de San José, quien colocó el 0-2 en el marcador.
Con su equipo ya sentenciado, parte de la hinchada local se olvidó del fútbol y se dedicó, primero, a lanzar objetos a los jugadores vascos y luego a asaltar el terreno de juego.
Ante la agresión de los radicales, los jugadores del Athletic se marcharon a los vestuarios y la Policía antidisturbios tuvo que formar un cordón para evitar problemas mayores.
Ni las llamadas al orden de la directiva del Austria ni los propios esfuerzos de los jugadores por calmar a los aficionados disuadieron a los violentos. Sólo tras 20 minutos de vergonzoso espectáculo, el partido pudo reanudarse.
Con la grada ya instalada en el insulto, el Austria quedó a merced de un Athletic que aún tuvo varias ocasiones claras de la mano de De Marcos, Yeste y, sobre todo, Llorente, que el minuto 85 sólo tuvo que empujar un pase de De Marcos para clavar el 0-3.
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