Seguidores del Beitar de Jerusalén han protestado contra el propietario del club por haber fichado a dos jugadores musulmanes, al considerar que el equipo debe permanecer "puro".
La prensa israelí informó que, el sábado, el propietario ruso-israelí del club de la capital, Arkady Gaydamak, decidió fichar a dos jugadores chechenos procedentes del equipo ruso Terek Grozny.
Durante el partido que se disputó por la noche, algunos seguidores mostraron pancartas con mensajes racistas del tipo "Ningún árabe vendrá aquí" y "Beitar, puro para siempre".
Este equipo es conocido por tener una hinchada ferozmente antiárabe, cuyo comportamiento ha provocado ya sanciones para el club.
El pasado 16 de marzo, por ejemplo, 16 seguidores del Beitar fueron detenidos por penetrar en un centro comercial al grito de "muerte a los árabes". Además, escupieron contra mujeres árabes y agredieron a algunos hombres que acudieron a defenderlas.
Gaydamak confirmó este domingo su voluntad de fichar a Zaur Sadaev y Dzhabrail Kadaev. "Es evidente que la gran mayoría de partidarios del Beitar y la población israelí en general se opone a la provocación antimusulmana de un pequeño grupo de aficionados", defendió el propietario del club a la radio del ejército israelí desde Moscú.
El ejército detuvo a tres hinchas del equipo tras los incidentes del sábado, informó un portavoz de la policía hebrea.
El presidente del Parlamento, Reuven Rivlin, aficionado del Beitar, se mostró profundamente afectado por lo sucedido. "¿Se imaginan lo que ocurriría si grupos en Inglaterra o Alemania deciden que un judío no puede jugar en su equipo?", se preguntó el político.
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