Las autoridades del fútbol uruguayas planean identificar a los hinchas y crear un fiscal deportivo, entre otras medidas para combatir la violencia, luego que se suspendiera la actividad por 10 días por incidentes violentos en torno al primer clásico amistoso del año.
La medida que podrá aplicarse primero, propuesta por la asociación de jueces, es "que se tome la modalidad de salida de los equipos de FIFA, saliendo junto con los jueces", dijo a la AFP Antonio Carámbula viceministro de Turismo y Deporte e integrante de la Comisión contra la Violencia en el Deporte.
A más largo plazo, se buscará acelerar la elaboración de un proyecto para crear la figura del fiscal deportivo, quien en caso de cánticos que generen violencia o hagan apología del delito podría suspender el partido.
Al mismo tiempo, se pidió al Parlamento que acelere la aprobación de un proyecto de ley que crea el Tribunal de Faltas, con media sanción parlamentaria.
Además, se propuso instalar en el estadio Centenario un software para identificar a los hinchas, que sería financiado por los clubes 'grandes' Peñarol y Nacional.
El 16 de enero, al final de un choque amistoso en el Centenario entre estos equipos, que se saldó 1-0 a favor de Peñarol, los jugadores de Nacional protestaron a los árbitros, protegidos por la guardia policial. En medio del tumulto, el portero tricolor Jorge Bava golpeó en el rostro a un efectivo de la Guardia de Coraceros, que quedó tendido unos segundos en el césped.
Poco antes del partido, además, un joven de 20 años fue baleado en medio de un enfrentamiento entre hinchas que viajaban hacia el estadio.
Al día siguiente, Bava fue encausado por los delitos de atentado y lesiones personales y la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) suspendió la actividad deportiva.
El ministerio lanzará además en los próximos días una campaña de sensibilización en los medios de comunicación protagonizada por los capitanes de los archirrivales Nacional y Peñarol, Alvaro Recoba y Antonio Pacheco, respectivamente.
"Ellos son amigos y ambos se comprometieron a iniciar una campaña de bien público (...) para difundir lo que es el deporte de verdad, que se puede ser amigos y la tristeza que le genera a los propios protagonistas del espectáculo cuando pasan las cosas que pasan fuera del estadio", explicó Carámbula.
Estas medidas fueron adoptadas en la noche del martes en una instancia de "reflexión" convocada por la comisión y la AUF.
Según Carámbula, lo que generó el alerta y la suspensión de la actividad fue que "los problemas no se limitaron afuera del estadio, en los últimos tiempos dentro del estadio se habia controlado bastante".
Los incidentes ocurrieron además en una copa de verano, en el primer partido del año, en un clima de fiesta y en el que no se había previsto una mayor separación entre las hinchadas, sostuvo.
Carámbula cree que se trató de un hecho aislado pero que "hay que dar una señal".
"La consigna es que el fútbol vuelve pero que tenemos que cuidarlo entre todos", enfatizó, destacado el "pleno compromiso de Nacional y Peñarol para trabajar con las hinchadas".
"Siempre está el ejemplo de la liga inglesa, donde se mejoró mucho, pero ahí la mejora no fue solo por las medidas que puede tomar el gobierno sino también por un involucramiento importante de los equipos, tiene que haberlo", explicó.
El jerarca indicó que el ministerio también propuso aplicar el mismo sistema que se usa en el básquetbol, mediante el cual se quitan puntos a los equipos cuando hay problemas de violencia, pero todavía está en discusión.
Para el presidente de la AUF, Sebastián Bauzá, se trata de "dar una señal diferente".
En declaraciones a medios locales, Bauzá confió en que las medidas sirvan "para que quienes van al fútbol vayan a ver fútbol y no a otra cosa".
"Son todas señales que van a ayudar a buscar una pacificación que creo es fundamental para el fútbol", enfatizó.
Con ese espíritu, Nacional y Peñarol resolvieron esta semana postergar -al menos hasta junio- otro clásico amistoso previsto para el próximo fin de semana.
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