Más allá del ridículo deportivo que hizo el equipo de la Real Balompédica Linense en la tarde del sábado en Sanlúcar de Barrameda al caer goleada por 5-1 encajando todos los tantos a balón parado y con una pésima imagen, la entidad ha expresado su malestar por el ambiente hostil que sufrió durante el encuentro por parte de aficionados, jugadores y cuerpo técnico del Atlético Sanluqueño, algo que no es la primera vez que ocurre en este escenario.
A los insultos y provocaciones de hinchas locales que sufrieron los aficionados balonos desplazados, hay que sumar la actitud provocadora del banquillo local, sobre todo en la celebración del tercer gol, y la agresión de la que fue objeto Antonio Ocaña por parte del jugador local lesionado, Diego Castillo, que veía el partido desde la grada y que le increpó y golpeó cuando se retiraba por el túnel de vestuarios tras ser expulsado.
La primera parte del partido fue tranquila en este sentido. El detonante de todo fue la acción que dio pie al tanto balono en el cinco de la segunda. Curro no devolvió el balón tras echarlo fuera el Sanluqueño por la lesión de un compañero, y en la celebración del tanto, Óscar Silva y Abel Luque fueron expulsados en una tangana de la que tampoco se libró Antonio Ocaña.
Cuando el futbolista de la Balona se retiraba por el túnel de vestuarios, estaba siendo increpado por Castillo, jugador local en la grada y en un momento dado este golpeó a Ocaña. Las imágenes recogidas por los medios gráficos, confirman como la mano del jugador local baja hacia la zona por la que tiene que pasar el balono.
Durante el día de ayer, seguidores albinegros contactaron a través de redes sociales con Castillo que les garantizó en sus mensajes que no hubo agresión, y que solo recriminó su actitud al futbolista balono. De hecho insistió en su intención de disculparse con el jugador de la Balona.
La situación será estudiada por el club de cara a la posibilidad de poner el caso en manos de antiviolencia.
El otro hecho que molestó a la parroquia linense fue la actitud de Pedro Buenaventura tras el tercer gol que llegó minutos después de la acción polémica. De por sí, el futbolista local Lolo hasta el área técnica del banquillo de la Balona a celebrar el tanto con gestos de rabia hacia su afición. Además, el preparador local se acercó a Rafael Escobar al que increpó repetidas veces, actitud que fue criticada ayer por la directiva balona y el propio entrenador.
No es la primera vez que Buenaventura tiene un lance de este tipo con integrantes de la Balona. En noviembre de 2003, cuando el equipo se enfrentó en Chapín al Jerez Industrial, el albinegro Alberto Espínola quiso recoger un balón del banquillo local y el entonces técnico del equipo industrialista comenzó a lanzar graves insultos contra el jugador albinegro y le propinó además una patada que el árbitro no castigó.
La Balona también ha criticado la actitud general de El Palmar contra la entidad albinegra y la bochornosa imagen mostrada a la hora de devolver los balones por parte del público local durante toda la segunda parte, algo que en el Municipal se habría resuelto rápidamente con la expulsión del delegado.
Como colofón, además de salir humillada deportivamente tras el mal partido de los suyos, la afición linense tuvo que ser escoltada hasta los autobuses para evitar posibles agresiones del público local.
También tuvo que recibir escolta policial Joaquín Jiménez, delegado de la Balona para adquirir los bocadillos para la expedición en un local anexo al campo de fútbol.
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