Los aficionados que se trasladaron a Lisboa y se marcharon justo después del partido se indignaron ya que tuvieron que soportar severas retenciones a la altura del peaje de Elvas debido a que había apenas dos kioskos abiertos y se formaba tapón.
Algunos coches y autocares de seguidores tardaron entre dos y tres horas en recorrer apenas ocho kilómetros.
Por este motivo se abrió este peaje, muy cercano a la frontera entre ambos países, entre las 6:41 horas y las 7.17 horas del domingo para evitar que se formaran retenciones de los aficionados del Real Madrid y el Atlético que en ese momento regresaban de Lisboa. El delegado del Gobierno en Extremadura, Germán López Iglesias, señaló que a las 2:20 horas del pasado domingo se registraron dos kilómetros de retenciones en el peaje de Elvas y que a las 6:27 horas ya eran cinco los kilómetros de atasco.
Ayer por la tarde el tráfico en la carretera de Extremadura era el normal de un domingo cualquiera.
El grueso de aficionados que se desplazaron por carretera lo hicieron justo después del encuentro. El dispositivo especial que se llevó a cabo se cerró sin incidentes graves salvo un accidente de un vehículo que se salió de la carretera el mismo sábado que se saldó con tres heridos leves.
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