Las hinchadas violentas de países como Rusia e Inglaterra fueron protagonistas de la Eurocopa 2016. La pregunta es, ¿Cuáles son los antecedentes de estos hinchas violentos? ¿Cuáles son los más peligros?
Rusia
Hooligans rusos e ingleses se enfrentaron, al inicio de la Eurocopa, en una batalla campal, con cerca de 40 heridos, uno de ellos en estado crítico. Las trifulcas se repitieron unos días después, en Lille. Esta vez, entre rusos e ingleses, glases y franceses. ¿El resultado? Más de 60 heridos y un inglés en coma.
La pésima fama de los ultras de este país no es nueva, después de haber protagonizado episodios violentos y racistas a lo largo de las últimas décadas. Estas hinchadas, entre las que destacan las del Zenit de San Petesburgo, son conocidas por su agresividad e ideología neonazi e, incluso, se ha llegado a ver a algunos radicales ataviados con capuchas del Ku Klux Klan en las gradas de los estadios.
Tanto los enfrentamientos con hinchas rivales, como los cánticos xenófobos son habituales en las gradas rusas. Los ultras más radicales del Zenit llegaron a hacer público un manifiesto contra los futbolistas negros y homosexuales. En él, recogían reflexiones como: "No somos racistas, pero la ausencia de jugadores negros es una importante tradición que refuerza la identidad del club" o "no tenemos ningún problema con los jugadores negros; ningún jugador negreo, ningún problema".
Inglaterra
Durante mucho tiempo, Inglaterra fue el hogar de los peores hooligans del mundo. De hecho, los equipos ingleses estuvieron cinco temporadas sin jugar competiciones europeas debido a la tragedia de Heysel, en Bruselas, en la que murieron 39 aficionados.
En la actualidad, las cosas han cambiado y estos ultras violentos están muy controlados con la Ley Anti-Hooligans que, entre otros aspectos, les prohíbe la entrada a los estadios. De hecho, para los mundiales de Alemania 2006 y Sudáfrica 2010, las autoridades retiraron los pasaportes a los hooligans fichados por la policía para que no pudieran viajar y cometer actos vandálicos.
En Inglaterra, el grupo más conocido y peligroso es el West Ham Inter City Firm -ICF-, uno de los primeros en recurrir a la violencia organizada. Entre sus peculiaridades estaba la ´tarjeta de visita´ que entregaban a los grupos después de enfrentarse a ellos con el mensaje: "Felicidades, te acabas de encontrar con la ICF".
Italia
Los ultras italianos también son de los más conocidos. Y es que, "en Italia, el fútbol está en manos de los ultras", dijo hace algunos años el entrenador Fabio Capello ?que hasta 2015 fue el seleccionador ruso-.
En la liga italiana predominan los grupos ultra de extrema derecha. En los partidos del Lazio de Roma son constantes las alusiones a Mussolini, las banderas con esvásticas y los saludos al estilo nazi: uno de los referentes modernos del club, Paolo di Canio, llegó a celebrar los goles con el brazo en alto.
Los ´tifosi´ italianos son duros, no se achantan y sus cánticos hacen estremecer el ambiente. Existe una camaradería entre ellos que se rige por la siguiente máxima: "Si tocas a mi compañero, me tocas a mí, y estoy dispuesto a defenderle con uñas y dientes".
España
No se recuerdan antecedentes de altercados con los aficionados españoles que se desplazan a competiciones internacionales, donde suelen ser muy bien recibidos. Comparado con otros países, por ejemplo Argentina, donde casi 200 muertes están vinculadas al fútbol, España es un país donde ir a un estadio apenas supone un riesgo. Lo que sí continúa siendo una constante es la violencia verbal, a pesar de la Ley de 2007 contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte, cuyo fin es erradicar estas lacras, dentro y fuera de los campos.
Ello, a pesar de que según los expertos que estudian y analizan la violencia en el fútbol estiman que hay entre 2.000 y 3.000 ultras en el deporte español. La mayoría pertenecen a grupos radicales de equipos de Primera y Segunda División. El rasgo característico de los grupos ultra en España es, sin duda, el componente ideológico que los articula. Una vinculación entre política, fútbol y violencia que acaba generando un cóctel explosivo. Si hace unos años la extrema derecha se dejaba ver con mucha más facilidad en los estadios de nuestro país, en los últimos tiempos las organizaciones de ultraizquierda han adquirido una importante cuota de protagonismo.
Polonia
Los ultras polacos son fanáticos que aman a sus equipos y generan espectáculo? pero también violencia. Como Polonia sufrió las atrocidades de la ocupación nazi y las cicatrices del régimen soviético no han terminado ´de cerrar´, el sentimiento anticomunista de los neonazis está presente. El país es conocido por la contundencia de estos extremistas.
Existen muchos extremistas que se dedican específicamente a organizar quedadas y buscar el enfrentamiento con la Policía y el equipo rival ?por ejemplo, interceptando el autobús en el que se desplazan los jugadores-. El hooligan polaco llega a dedicar unas 20 horas semanales a entrenarse para las peleas, ya que la mayoría considera que utilizar armas es un acto de cobardía.
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