La llegada del Zenit de San Petersburgo a Donostia el miércoles traerá consigo una amenaza real y no solamente de índole deportivo. Y es que se espera la presencia de 800 seguidores del equipo ruso en Donostia y 150 de ellos son peligrosos ultras durante los días del Puente de diciembre. La Ertzaintza tiene preparado un especial dispositivo de seguridad y, aunque no quiere alarmar a los donostiarras y a los visitantes, sí insta a todos a llamar al 112 en cuanto vean a aficionados del Zenit creando problemas en las calles. La policía autonómica también se va a poner en contacto con las peñas más jóvenes de la Real Sociedad para exponerles la situación, avisarles y animarles asimismo a comunicarse con ellos en cuanto vean que existe o pueda haber un conflicto.
Entre las localidades vendidas y las de intercambio, son 800 las que la Real ha enviado al Zenit y la previsión que se hace es que entre 50 y 150 sean ultras. La Ertzaintza cuenta con que sean 150 aficionados peligrosos. “Son de ideología de ultraderecha y suelen generar problemas en los lugares a los que van”. Lo relata Ignacio Abendaño, coordinador de seguridad de la Ertzaintza en los partidos de la Real. “Nosotros vamos a montar un dispositivo de ciudad importante para controlar a esos hinchas e intentar evitar que se produzcan altercados. ¿Quiénes son? No lo sabremos hasta que ocurra algo”, añade.
No se pudieron evitar incidentes en los días en los que el Zenit visitó al Atlético de Madrid en 2013 y al Sevilla en 2015 en Champions League y al Rosenborg el pasado 2 de noviembre. “Son reñidores, peleones. Beben mucho”, explica a MD Abendaño. “Nos dijeron los policías noruegos que en Trondheim entraban a los pubs y no pagaban y que robaron en las tiendas, hasta que los localizaron y los controlaron. A partir de ese momento, se acabó. Pero en el campo rompieron 100 asientos, lanzaron alguno al campo, intentaron saltar la valla para acceder al terreno de juego...”.
El principal problema es que la Ertzaintza desconoce cuándo y cómo vienen estos hinchas conflictivos, porque nadie les ha informado sobre ello. Sí conocen dónde se alojarán aquellos que ya han realizado su reserva en establecimientos hoteleros de Gipuzkoa, Bilbao y Sestao. Y otra dificultad añadida es la escasa, más bien nula, colaboración de la policía rusa: “Yo solicité que vinieran al menos dos policías rusos porque además ellos se nos ofrecieron, y nos dijeron que no, por la premura de tiempo, así que no viene nadie”, significa el coordinador de seguridad. La policía autonómica se iba a hacer cargo de su alojamiento y manutención.
No hay viajes organizados, por lo que es más complicado seguirles la pista: “No viene ningún vuelo directo y será difícil controlarles durante el viaje porque hacen escalas”, sostiene Abendaño, que añade que “pueden venir por separado y estar en hoteles diferentes”. Teniendo en cuenta que el partido está enclavado entre dos días festivos, es evidente la escasez de plazas hoteleras en Donostia, de ahí que hayan que tenido que buscar alojamiento en los alrededores. “Es difícil controlarlo, pero lo estamos intentando”, agrega.
Los aficionados de la Real que viajaron a Rusia, como los que lo hicieron a Macedonia o Noruega, no tuvieron ningún problema ni generaron conflicto alguno, al contrario, se distinguieron por su buen comportamiento con los habitantes de San Petersburgo, Skopje y Trondheim. Y tampoco pasó nada con los seguidores (escasos) del Vardar y del Rosenborg en Donostia. Durante la participación en la Champions League de 2013, el único episodio se produjo en la eliminatoria previa: “Hubo una agresión a unos chavales del Lyon en el Paseo de La Concha. El despliegue que hicimos fue tan eficaz que había ertzainas de paisano justo donde la pelea, por lo que se detuvo a los dos agresores”, cuenta Abendaño.
No hay enfrentamientos anteriores entre las aficiones ni éstas se han citado para pegarse. Por eso sostiene el responsable de seguridad que “estamos haciendo un dispositivo cara a desórdenes públicos y comisión de delitos por parte de los hinchas rusos”. La única advertencia que quieren lanzar a aficionados de la Real, donostiarras y visitantes es que “cuando vean a grupos de rusos en la ciudad, que llamen al 112, si no ven ertzainas al lado. Y los iremos controlando”.
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