Con este reglamento el Real Madrid quiere adaptar su marco disciplinario a las nuevas regulaciones del Consejo Superior de Deportes, a la Comisión Nacional Anti violencia, Liga Nacional de Futbol Profesional y a la normativa UEFA. El club también pretende actuar, especialmente y de forma contundente, contra la reventa de abonos y de entradas que afecta a los socios.
Dentro de las infracciones muy graves, una en concreto es el artículo 7: “Faltar al respeto debido y/u ofender mediante acciones, gestos y/o palabras a los representantes del Club o de cualquiera de los equipos visitantes y/o sus directivos, así como a sus seguidores, o al conjunto arbitral, así como a las Autoridades, y/o a los signos o símbolos del Estado”.
Las normas más duras del reglamento son las que equiparan a actos de violencia. Hace dos años, El Confidencial Digital tuvo acceso a un ‘contrato’ que tuvieron que firmar los miembros de la ‘Grada Fans’ que recogía unas serie de normas. Excluía cualquier expresión que promueva la violencia contra los equipos y aficiones contrarias, así como promover el odio entre aficiones y pueblos de España y de todo el mundo. El club obligó a que se firmara este contrato para evitar cánticos que se han oído durante años en el Bernabéu, llegando a faltar el respeto a jugadores y miembros del club.
El documento ha entrado en vigor unos días antes de que se celebre el primer Madrid-Barça de la Liga, para que la gente tenga en cuenta estas normas y que cualquier mensaje de reivindicación política podrá perjudicar a quien cometa esta infracción.
Comparado con otros, es más duro
El reglamento, que entró en vigor el pasado 6 de diciembre por la Junta Directiva, es más duro que la de otros equipos. El del Sevilla, por ejemplo, dentro de las ‘infracciones graves’, está “dañar las instalaciones o faltar el respeto a empleados del club” y en el del Valencia, una de las sanciones más graves es “el uso indebido de abonos”. En ninguno hay una norma que se parezca al artículo 7 de este nuevo reglamento del Real Madrid.
Todo se debe a la cantidad de problemas que han tenido, sobre todo por haber recibido mensajes de reivindicación política. Además, durante años ha sido normal escuchar a los Ultras Sur del Madrid gritos de extrema derecha y también contra el independentismo.
También es más duro que el reglamento de La Liga, que pretende prevenir la violencia, el racismo y la intolerancia en el deporte.
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