Se dice que hay equipos que no se deben a su afición, sino a sus ultras. Parece que el Atlético de Madrid es uno y cuando vienen mal dadas en lo deportivo a quien rinden cuentas es al Frente Atlético.
Circula por ahí la noticia de que, tras la eliminación de la Copa del Rey, han mantenido una reunión con plantilla y cuerpo técnico para exigirles explicaciones. Pensar en la imagen de entrenadores y jugadores poniendo excusas –que si las lesiones, la mala suerte, el árbitro...– ante un grupo de hinchas es tan fascinante como terrible. Pero cualquiera se atreve a darles la espalda a los radicales. FOTO: Simeone, con cara de circunstancias
Con la presencia de varios capitanes de la primera plantilla y el propio cuerpo técnico, los ultras vieron cómo se les justificaba la situación con la mala suerte: lesiones, mala fortuna en según qué jugadas, alguna decisión arbitral... Nada que no pueda solventarse en lo que va de campaña, pese a que en apenas una semana han perdido la oportunidad de ganar dos títulos (Supercopa de España y Copa del Rey, frente a Athletic y Real Sociedad respectivamente).
Una de las peticiones que hicieron los miembros de la afición rojiblanca fue mantener el viejo escudo, una reclamación que no es nueva. Aunque el uso de la cuarta equipación (que cuenta, como gran diferencia aparte de ser completamente roja, con la presencia de la enseña tradicional) no les dio buena suerte, los ultras sí exigieron que se usase más. Los jugadores y el cuerpo técnico explicaron que ellos no tienen poder de decisión, ya que es un acuerdo entre la directiva del club y la marca que les viste, Nike.
Aunque no es el único club que mantiene una cierta buena relación con la grada más radical (varios de Primera División ya han sido sancionados por no hacer lo suficiente para contenerles), el Atlético de Madrid ya ha sido señalado por imágenes y noticias como este tipo de reuniones.
Una de las más sonadas fue en 2005, cuando interrumpieron un entrenamiento del equipo en el Cerro del Espino encapuchados y en actitud amenazante para pedir explicaciones. Varios capitanes de por entonces, como García Calvo, tuvieron que contenerles para evitar situaciones más violentas. Más recientemente, Diego Godín tuvo que interceder con ellos para pedirles apoyo en 2018 tras la renovación de Antoine Griezmann con el club, su famosa 'Decisión'. El francés acabó marchándose al FC Barcelona, pero tras su paso infructuoso allí, ha vuelto al Atlético. Pese a la incomodidad inicial, de momento se está librando de las presiones de los ultras.
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