Este fin de semana la Liga llega a su fin y aunque el título ya tengo dueño, el resto de los trozos del pastel están aún por repartir. La zona más amarga del dulce corresponde a las plazas del descenso done sólo el Racing de Santander sabe que la temporada que viene no estará en Primera. El Sporting de Gijón forma parte de la Liga Delante de forma virtual y aún queda por saber quién será el tercer dueño del billete que lleva implícita la pérdida de categoría. En estos momentos tan complejos, se necesitan todas las armas disponibles y la afición puede jugar un papel decisivo. Los clubes que vagan por la parte baja de la clasificación han puesto en marcha una iniciativa que consiste en abaratar las entradas hasta rozar precios de risa. El objetivo no es combatir la crisis sino atraer a todos los seguidores posibles cuando el resto de la temporada han estado abusando de ellos con precios desorbitados.
De pagar más de cien euros por una entrada que permitía ver a su equipo enfrentarse al Real Madrid o al Barcelona a abonar 5 e, incluso, 2 por el último encuentro de la temporada. El más importante, en el que se juegan todo o nada. Esta situación la han vivido en primera persona los aficionados del Real Zaragoza, Villarreal y Rayo. Es más, los vallecanos han demostrado su descontento una y otra vez por la oscilación de los precios en taquilla y por la decisión que tomó la directiva de establecer los dos días del club coincidiendo con la visita de Real Madrid y Barcelona, algo que obligó a todos los socios a abonar 20 euros si querían asistir al choque. Ahora para ocupar su lugar en Vallecas no han tenido que pagar y sus acompañantes verán el partido por 10 euros. ¿El resultado? Lleno total.
La misma imagen se repetirá en El Madrigal. El Villarreal se enfrentará al actual campeón de la Europa League, el Atlético de Madrid. Sabiendo que el ‘jugador número doce’ puede jugar a su favor, el equipo valenciano ha rebajado los precios al máximo: una entrada en cualquiera de los fondos cuesta 2 euros, en preferencia 4 y en tribuna, 6. Las 2.000 plazas que estaban disponibles se agotaron en menos de 24 horas. En Getafe las entradas no estaban regaladas sino todo lo contrario. El club azulón estableció una horquilla de precios que iban desde los 60 a los 100 para un partido en el que están en juego intereses económicos y deportivos. Éstos pasan por el intento del Real Zaragoza para conservar la permanencia. En el Coliseum Alfonso Pérez los de Manolo Jiménez no estarán solos ya que el club ha subvencionado 4.000 entradas para que sus socios sólo paguen 30 euros. Las peticiones no se hicieron esperar y los maños recogieron casi 11.000 solicitudes; a los que la suerte no les sonrió intentaron comprar las entradas que quedaban disponibles en taquilla antes de que se agotaran.
Estas políticas de precios que pasan por abaratarlos o subvencionar el precio de las entradas contrasta con la línea seguida el resto del año. Los clubes se aprovechan de la visita de los grandes equipos de la Liga para subir el coste de sus entradas sabiendo que la afición desea ver de cerca a las grandes estrellas del fútbol que juegan en la Liga; no dudan a la hora de ‘maltratar’ a sus aficionados exigiendo cantidades que en épocas de bonanza ya resultan desorbitadas y con el panorama económico actual, todavía más. A final de temporada dan un giro de 180º grados a sus planes para seguir jugando con el factor de los aficionados: les ponen todo tipo de facilidades para que no dejen tirado al equipo en el momento más crucial abusando, una vez más, de la pasión y el amor por unos colores.
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