El descontento manifestado en la tribuna no fue suficiente para algunos violentos que, no conforme con los insultos y cánticos contra el mal desempeño de los jugadores de Rosario Central (cayeron ante 3-1 frente a Douglas Haig de locales), esperaron a los jugadores en las inmedaciones del estadio y los agredieron físicamente.
Chiflidos e insultos sonaron en el Gigante de Arroyito, nada extraño dentro del fútbol argentino. Pero los hechos no se terminaron ahí y la violencia se hizo presente.
Un grupo de hinchas canallas aguardó a la salida de los futbolistas, los insultó y hasta agredió físicamente. Los principales blancos fueron Carlos Casteglione, Javier Toledo y Javier Yacuzzi, cuyo hermano también recibió golpes y debió ser atendido.
Finalmente, la policía intervino y el plantel pudo retirarse de las instalaciones por otra puerta.
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