Los graves disturbios registrados durante el clásico de la Cuenca del Ruhr en la Bundesliga alemana entre el Borussia Dortmund y el Schalke 04 acabaron con 180 detenidos y ocho policías heridos, según informó ayer la policía de Dortmund.
"Tanto los seguidores del Schalke como los del Borussia mostraron una violencia como hacía tiempo que no se veía", comentó el director de la policía, Michael Stein.
Los efectivos de policía tuvieron que emplear camiones con cañones de agua y spray de pimienta para controlar la situación.
Un total de 163 seguidores del Schalke y 17 del Borussia acabaron en comisaría a causa de los enfrentamientos.
Alrededor de 1.200 policías, más del doble que durante un partido normal, fueron desplegados en torno al estadio del Borussia y del centro de la ciudad en un partido considerado de "alto riesgo" y que acabó con la victoria por 1-2 del equipo de Gelsenkirchen.
"Muchos seguidores acudieron con el único objetivo de crear alboroto", declaró una portavoz de la Policía tras concluir el partido.
"Esta gente no tiene nada que ver con la pasión por el fútbol", indicó por su parte el director de la unidad especial de la policía, Dieter Keil.
Poco antes del comienzo del partido, ultras del Borussia bloquearon la calle y atacaron a los efectivos de la Policía desplegados en la zona, mientras que en el estadio encendieron numerosas bengalas.
Asimismo, cientos de seguidores del Borussia recibieron con botellas y botes de pintura a los 600 seguidores del Schalke a su llegada al estadio. El 1-2 definitivo del encuentro no ayudó a apagar los enfrentamientos entre los hinchas. La alegría del triunfo en el Schalke se tornó en tristeza para el cuadro local y para un choque en el que nuevamente la polémica ensombreció al espectáculo.
"Tanto los seguidores del Schalke como los del Borussia mostraron una violencia como hacía tiempo que no se veía", comentó el director de la policía, Michael Stein.
Los efectivos de policía tuvieron que emplear camiones con cañones de agua y spray de pimienta para controlar la situación.
Un total de 163 seguidores del Schalke y 17 del Borussia acabaron en comisaría a causa de los enfrentamientos.
Alrededor de 1.200 policías, más del doble que durante un partido normal, fueron desplegados en torno al estadio del Borussia y del centro de la ciudad en un partido considerado de "alto riesgo" y que acabó con la victoria por 1-2 del equipo de Gelsenkirchen.
"Muchos seguidores acudieron con el único objetivo de crear alboroto", declaró una portavoz de la Policía tras concluir el partido.
"Esta gente no tiene nada que ver con la pasión por el fútbol", indicó por su parte el director de la unidad especial de la policía, Dieter Keil.
Poco antes del comienzo del partido, ultras del Borussia bloquearon la calle y atacaron a los efectivos de la Policía desplegados en la zona, mientras que en el estadio encendieron numerosas bengalas.
Asimismo, cientos de seguidores del Borussia recibieron con botellas y botes de pintura a los 600 seguidores del Schalke a su llegada al estadio. El 1-2 definitivo del encuentro no ayudó a apagar los enfrentamientos entre los hinchas. La alegría del triunfo en el Schalke se tornó en tristeza para el cuadro local y para un choque en el que nuevamente la polémica ensombreció al espectáculo.
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