Los jugadores del Dynamo de Moscú recibieron el viernes disparos de aficionados
descontentos con armas de pintura, haciendo que el sindicato mundial de
futbolistas FIFPro pidiera medidas a la Federación rusa.
"Los seguidores disparando a sus propios jugadores (...) esto va más allá de
la imaginación", dijo el secretario general de FIFPro, Theo van Seggelen, en un
comunicado.
"En 2018 Rusia celebra el Mundial. Pero no puedo imaginar a muchos jugadores
deseando llegar a este torneo, sabiendo que su seguridad no está garantizada",
indicó.
En el incidente del viernes, un grupo de aficionados vestidos de camuflaje a
la sede del club en Novogorsk, al norte de Moscú, y dispararon una andanada de
bolas de pintura a jugadores y técnicos.
Según los medios, los aficionados también lanzaron folletos dirigidos a
jugadores extranjeros de la plantilla, como el delantero alemán Kevin Kuranyi,
el internacional australiano Luke Wilkshire, el húngaro Balazs Dzsudzsak y el
ecuatoriano Cristian Noboa, advirtiéndoles que mejoren su rendimiento o paguen
las consecuencias.
"Esta es otra advertencia de que la Federación rusa y las autoridades
nacionales tienen que redoblar sus esfuerzos para proteger a todos los
futbolistas profesionales de los 'hooligans'", dijo Van Seggelen. "Creo que
podríamos tener la suerte de que ninguno de los jugadores sufriera una lesión
grave".
"Por desgracia, esta no es la primera vez que los futbolistas en Rusia han
sido víctimas de autodenominados aficionados que se comportan de forma
violenta", dijo.
FIFPro se ha quejado frecuentemente del tratamiento que reciben los jugadores
en el Este de Europa y ha publicado un "libro negro" ilustrando algunos de los
casos más flagrantes.
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