La calidad de los jugadores del Olympique de Lyon no es lo único que preocupa a los mandatarios del Athletic. Desde que se conocieron los emparejamientos de la fase de grupos de la Europa League, en Ibaigane son conscientes de que la visita a la ciudad del Ródano iba a tener un problema añadido que nada tiene que ver con lo deportivo: la mala fama que tiene una pequeña facción de la afición del OL. Afines a la ideología neonazi, los radicales que apoyan desde las gradas al rival de mañana de los rojiblancos representan lo que es una tendencia en la tercera ciudad más importante de Francia y en el resto del Estado, el auge de los partidarios de la extrema derecha.
El club presidido por Josu Urrutia ya se ha apresurado a advertir a los hinchas bilbainos que vayan a viajar hasta la ciudad gala de que no transiten por las zonas en las que se suelen reunir los radicales del Olympique de Lyon antes del partido -como la plaza Galtier o el pub Ninzaki-. Como suele pasar en la mayoría de los casos, la mayor parte del público local que cada partido llena las gradas del mítico estadio de Gerland se comporta de forma cívica, pero los aficionados más violentos, pertenecientes en su mayoría al grupo de los Bad Gones, han hecho que el OL arrastre el sambenito por los campos de Europa de contar con una de las aficiones más problemáticas.
Para evitar posibles choques entre los radicales franceses (están hermanados, entre otros, con los ultras del Real Madrid y del Espanyol) y los aficionados que acompañen a los hombres de Marcelo Bielsa, ertzainas de la comisaría de Bilbao han intercambiado información con la Policía francesa para garantizar la seguridad de los simpatizantes del Athletic que acudan al encuentro, tanto en sus desplazamientos hasta el estadio como durante el encuentro y a la finalización del mismo. Y como suele pasar con los desplazamientos más calientes, según ha indicado el Departamento de Interior, varios agentes están ya en la capital del Ródano, anticipándose al contingente de hinchas rojiblancos (se calcula alrededor de medio millar) que se espera acudan a presenciar el choque de la tercera jornada de la Europa League.
POPULISMO Y CRISIS ECONÓMICA Aunque porcentualmente los simpatizantes del partido xenófobo Frente Nacional de Marine Le Pen no son mayoría en Lyon, lo cierto es que esta ciudad francesa ha cobrado relevancia al convertirse uno de los epicentros de la extrema derecha. Al igual que en el resto del Estado francés, los postulados de este movimiento ya no son vistos con rechazo por la mayoría de la sociedad. Al contrario que lo sucedido hace unos años con la irrupción de Jean-Mari Le Pen en el ruedo electoral, cuando los franceses pusieron el grito en el cielo al ver cómo un populista con mensajes racistas entró de lleno en la carrera por el Elíseo, ahora, su hija ha sabido aprovechar el malestar general existente por la crisis económica y se ha ganado un buen número de apoyos.
Lo cierto es que, además de congregarse alrededor del fútbol, en los últimos meses se han registrado varios episodios violentos en Lyon en el que radicales de extrema derecha han dejado su particular firma. Uno de los últimos, el ataque a un joven judío por el mero hecho de practicar esta religión. Unos antecedentes que obligan a la expedición rojiblanca a andar con pies de plomo por la ciudad, pero que no tiene por qué ir a mayores. Que se lo digan a los aficionados de la Real Sociedad, que, en la visita que hace unas temporadas realizaron a Lyon dentro de la liguilla de la Champions League, experimentaron todo el calor del estadio Gerland. No hubo incidentes, pero los hinchas galos dedicaron en una gran pancarta un mensaje con sorpresa para la delegación donostiarra: "Ongi etorri, cabrones".
No hay comentarios:
Publicar un comentario