En el consejo de administración del Betis siguen muy preocupados con la violencia que se ha asociado al club durante los últimos tiempos. Desde los incidentes en los dos partidos ante el Vitoria Guimaraes hasta los gritos racistas por parte de elementos integrados en la grada verdiblanca en el reciente derbi. En el Betis no quieren verse de nuevo asociados a asuntos de este calibre y piensan diferentes medidas para corregir estas situaciones. Una de las que se están planteando en la cúpula verdiblanca es la de hacer que los ultras que asistan al estadio tengan que pasar un curso de educación contra la violencia a través de un coach, una persona que diseña estrategias y da consejo o acompaña en iniciativas determinadas. Las gestiones para su contratación están muy avanzadas, según ha podido conocer ABC.
Ha sido una idea surgida en el departamento de Mercedes Galindo. Ya ha habido contacto con Javier González de Herrera, un reputado especalista en este tipo de cuestiones que trabaja en Sevilla. ABC se puso en contacto con él ayer. Desde Portugal no quería confirmar el asunto más allá de señalar que «por el momento sólo ha habido conversaciones, pero hasta hoy no hay nada firmado». En principio, el Betis tiene la intención de que este coach imparta diez sesiones a los ultras que incluyan un plan específico y formación para tratar de erradicar la violencia en el estadio Benito Villamarín o en los desplazamientos con el primer equipo verdiblanco.
Los resultados están por ver si son positivos. Cuesta imaginarse a los ultras atendiendo a cursos de este tipo. Según fuentes del club el coste no es elevado y pueden reportar beneficios importantes a la entidad de cara a la imagen que se proyecta. El consejo ha confiado en esta arma para tratar de solucionar un problema que preocupa bastante a todos sus integrantes, aunque resulta curiosa la manera de tratar de «educar» a un colectivo tan numeroso y peculiar.
Lo que está claro es que el Betis se ha propuesto acabar con este asunto. Ha sido un empeño personal de Miguel Guillén, que vivió en primera persona parte de lo que sucedió en Guimaraes cuando visitó a los béticos agredidos. Desde entonces están buscando soluciones y lo han tratado en las reuniones del consejo. De hecho, ya se han tomado medidas con los ultras que profirieron gritos racistas contra Mbia en el derbi y que se popularizaron por confundirse con la salida de Paulao, aunque la situación era igualmente desagradable en ambos casos.
En los últimos tiempos, la presencia de los radicales en el entrenamiento del primer equipo y los sucesos antes citados de Guimaraes y en el derbi han provocado ciertas medidas de precaución en el club. El Betis ha dejado de entrenarse a puerta abierta. No lo hace desde el martes previo al derbi. Nunca estuvo tanto tiempo encerrado Mel con sus hombres. Está por ver la actitud de los citados ultras mañana frente al Rayo. Para el derbi sí tuvieron acceso a un buen número de entradas y por ello su presencia fue llamativa en la grada verdiblanca. Ahora el consejo busca medidas para reconducirlos de la mejor manera posible.
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