Ocho son los partidos que se celebran en la primera eliminatoria de la fase de ascenso a Segunda División y de todos ellos, el Ramón de Carranza se ha convertido en la referencia en lo que asistencia se refiere. Nada nuevo. En Cádiz el fútbol es una religión y acudir a animar al submarino amarillo, una obligación.
15.000 personas presenciaron desde el estadio gaditano el empate sin goles entre el conjunto local y el L'Hospitalet. Se han dejado para la vuelta la solución de la eliminatoria. El Nou Estadi de Tarragona, donde el Nástic derrotó al Racing de Ferrol (2-0) se quedó finalmente en 8.000 aficionados, 5.500 vieron el empate entre el Toledo y el Lleida Esportiú (1-1) en el Salto del Caballo. Quinientos menos estuvieron en Las Llanas para seguir el Sestao y el Albacete (3-3).
El Municipal de Cartagonova, con 4.700 aficionados fue el quinto estadio en lo que a orden de afluencia se refiere y los otros tres quedan un poco lejos. 2.600 vieron el empate sin goles entre el Llagostera y el Racing de Santander, donde la actuación de una aficionada local haciendo el mono para insultar a Koné, se convirtió en noticia nacional y 1.500 vieron el estreno del Guijuelo en un play-off de ascenso a Segunda frente al Leganés (0-0).
El Anexo del Insular, donde el filial de Las Palmas perdió con La Hoya Lorca (1-2) fue el que peor entrada registró. 700 aficionados vieron el partido en el que el conjunto murciano superó a los insulares.
El Real Avilés pretende que el Suárez Puerta tenga una de las mejores entradas de la ida de la primera eliminatoria, aunque para ello tendrá que vestir sus mejores galas. Está garantizado que el Carlos Belmonte (Albacete) y El Sardinero (Santander), donde se decidirán los dos primeros ascensos a la Liga de Fútbol Profesional, tendrán un gran aspecto, pero queda por ver las respuestas de Lleida, Leganés o Ferrol, algunos de esos campos históricos de equipos que ya han estado en Segunda División y saben lo que se juegan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario