Toda la previa y el desarrollo del encuentro ante el Elche fue una auténtica fiesta en el Sánchez-Pizjuán a la que el equipo y la afición le pusieron su broche de oro al término de los 90 minutos. El epílogo a la brillante temporada en el templo de Nervión fue precioso, emotivo. Con el punto y final a la Liga, desde la grada de Gol Norte los Biris desplegaron el magnífico ‘tifo del abuelo’ que ya lucieron en la previa de la final ante el Benfica en Turín: el mítico longevo aficionado montado en una Vespa, aunque en esta ocasión con la Copa de la Europa League bien sujeta a sus espaldas… de vuelta con ella a casa, junto a las banderas de Holanda y Escocia, con los recuerdos de las finales de Eindhoven y Glasgow, que también se vieron el Juventus Stadium pero con la novedad de flanquear ambas a una de Italia con la mención a Turín y al año 2014. La imagen, para el recuerdo, arrancó los aplausos de todo el estadio y el grito al unísono de ‘campeones, campeones’.
Los jugadores se fueron al centro del campo y contemplaron el brillante tifo que se desplegó en Gol Norte. Posteriormente, dieron una vuelta de honor en la que el Ramón Sánchez-Pizjuán estalló de júbilo una vez más, pero sobre todo se dirigió con toda su pasión a Ivan Rakitic, primero para pedirle que se quedara y después aclamándolo con su nombre. Lo mismo hicieron con Beto, el héroe de la final de Turín. La guinda final llegó con una impresionante piña en el centro del campo entre los jugadores y todo el cuerpo técnico. La comunión perfecta entre un equipo y una afición entregada.
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