Con la bendición del Papa Francisco y un pedido para que "el fútbol vuelva a ser una fiesta", Napoli y Fiorentina animarán mañana la final de la sextoagésimo séptima edición de la Copa Italia en un Estadio Olímpico "blindado".
Será la séptima definición del certamen consecutiva que se jugará en ese escenario, en torno al cual se desplegará un imponente operativo policial desde varias horas antes del horario pactado: las 21 locales (20 GMT).
Las fuerzas de seguridad deberán estar muy atentas no sólo porque se esperan unos 27.000 fanáticos de Fiorentina y otros 30.000 del Napoli, sino por posibles hinchas "inflitrados" de la Roma.
Los fanáticos de Fiorentina llegarán en su mayoría a bordo de autobuses. Se prevé la partida al mediodía de 270 de la Plaza de la Maratón) con llegada e ingreso en la Tribuna Sur, que habitualmente ocupan los simpatizantes "giallorossi".
Los napolitanos arribarán en su mayoría en automóviles privados, que estacionarán en la plaza de Saxa Rubra, a cierta distancia del estadio y desde donde serán transladados con autobuses hasta el estadio con custodia policial.
A los "tifosi" del Napoli se sumarán "ultras" llegados desde Japón y Bulgaria, estos últimos sostenedores del Lokomotiv Plovdiv y "hermanados" con sus colegas del club partenopeo.
Esa situación amenaza con impedir que la final sea una fiesta, como auguró hoy el Papa a las delegaciones de Fiorentina y de Napoli que lo visitaron en audiencia privada en el Vaticano y a las cuales les pidió "compromiso y responsabilidad social".
La Copa Italia es el torneo más antiguo del "Calcio", pues se jugó por primera vez en 1922, y para los finalistas representa una ocasión única de coronar la temporada con algún título.
Napoli y Fiorentina marchan tercero y cuarto en el campeonato, respectivamente, el primero con el pasaje a la ronda preliminar de la "Champions League" asegurado, así como la clasificación que los de Florencia lograron a la Liga de Europa.
Sin chances hace rato de disputarle el "scudetto" a una Juventus que podría consagrarse el lunes ante Atalanta campeona del "Calcio" por tercer año consecutivo con dos fechas de anticipación, esta Copa Italia sería al menos un "consuelo".
Con seis títulos en su haber, Fiorentina está a sólo tres de los equipos más ganadores en la historia del torneo: Juventus y Roma, que suman nueve coronas, y a una de las obtenidas por Inter.
Cuatro son los festejos de Napoli en Copa Italia, cuyo trofeo alzó por última vez en 2011-12 y espera recibir mañana de manos de Pietro Grasso, presidente del Senado que estará flanqueado por Laura Boldrini, titular de la Cámara de Diputados.
Los hinchas de Napoli respiraron aliviados al saberse que el técnico español Rafael Benítez podrá contar con el goleador argentino Gonzalo Higuaín, quien se había lesionado el tobillo derecho en el empate sin goles frente a Inter por el campeonato.
El "Pipita" practicó sin problemas junto a sus compañeros el jueves y se lo vio muy activo por lo que iría desde el inicio junto a su compatriota Federico Fernández y los brasileños Henrique y Jorginho.
Para abastecer a Higuaín estarán el checo Marek Hamsek, el español José María Callejón y el belga Dries Mertens, en tanto que esperarán su turno en el banco de suplentes el uruguayo Miguel Britos y los colombianos Duván Zapata y Camilo Zúñiga.
Fiorentina apuesta a la posibilidad de contar con el goleador Giuseppe Rossi, recuperado de una lesión, al menos por algunos minutos, según anticipó el técnico Vincenzo Montella, quien tiene dudas sobre el arquero brasileño Neto.
El portero arrastra una dolencia en una de sus manos y podría ser baja en un plantel que recuperó al argentino Gonzalo Rodríguez y dispondrá del colombiano Guillermo Cuadrado, artífice de la clasificación a la final.
En Fiorentina también se anuncia al volante chileno David Pizarro y al peruano Juan Manuel Vargas, mientras que el también chileno Matías Fernández, el argentino Facundo Roncaglia y los brasileños Anderson y Ryder Matos estarán en el banco.
Fiorentina alzó por última vez la Copa Italia en 2001, cuando derrotó a Parma por 1-0 y empató luego 1-1, pues la final se definía aún con partidos de ida y vuelta. A partir de la temporada 2007-08 se juega un solo duelo.
En 1996, Fiorentina había festejado el título ante Atalanta, al que derrotó por 1-0 y 2-0, con dos goles del argentino Gabriel Batistuta, cuyo compatriota Diego Maradona hizo festejar a Napoli en 1987 (3-0 y 1-0) ante el mismo rival. "Siempre es importante ganar un título porque, además, los hinchas lo merecen. Si ganamos mejor, pero si perdemos no cambia mi situación", comentó el técnico español del Napoli en la previa.
"No me siento favorito", agregó Benítez, quien reiteró que tanto Higuaín como el eslovaco Marek Hamsik (quien aclaró que no se cortará la cresta de cabello si Napoli se consagra) "son jugadores que pueden resolver el partido". "Quisiera regalarle la Copa a Andrea Della Valle (titular de Fiorentina, Ndr) porque se lo merece. Estuvo con nosotros en la audiencia con el Papa y también en el entrenamiento. Es como esos zagueros que te asfixian", dijo el DT Vincenzo Montella.
"Realmente es contagioso su entusiasmo", completó el DT de Fiorentina, cuyo capitán, Manuel Pasqual afirmó que "esta fue una semana distinta a todas en la que resultó dificil contener tanta ansiedad".
Fiorentina y Napoli chocaron 15 veces por Copa Italia con un saldo de tres triunfos para los de Florencia, cuatro para los partenopeos y ocho empates. Mañana será otra historia y, como el Papa, todos esperan que la fiesta termine en paz
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