El Molinón deberá adaptarse la próxima temporada a la normativa que impone la Liga de Fútbol Profesional. Ya no caben más demoras para los clubes, que tendrán que cumplir con determinadas exigencias que velan por la seguridad de los aficionados, pero también para proporcionar el mayor espectáculo visual posible a los espectadores que siguen los partidos por televisión. El organismo que dirige Javier Tebas quiere controlar hasta el último detalle al objeto de impedir que pueda resentirse la calidad del producto que comercializa.
El recinto gijonés ha dilatado la aplicación de medidas que otros conjuntos, más asentados en la categoría, han puesto en marcha a lo largo de la pasada temporada. La Liga no concede más margen de tiempo y el Sporting tendrá que asumir diversas remodelaciones a corto plazo.
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