El hastío de muchos aficionados con lo que tachan como “fútbol moderno” en el que imperan los derechos televisivos y el dinero y en el que el seguidor se ha convertido en un elemento menospreciado ha alcanzado las más elevadas cotas durante las últimas horas en una Liga Adelante que se ha convertido en foco de atención una vez finalizada la Primera División. En Vitoria, el clamor viene marcado por el esperado elevado precio de las entradas de acceso a Lasesarre de cara al derbi contra el Athletic del próximo jueves. En Segunda División en general, por el enésimo cambio de horarios anunciado ayer por la Liga de Fútbol Profesional de cara a la penúltima jornada liguera. Todos los partidos se van a disputar el domingo 29 de mayo, pero finalmente la LFP ha decidido retrasar dos horas el inicio de los encuentros, que pasarán de las 18.00 a las 20.00. Un cambio que ha provocado el enfado de muchos aficionados que ya tenían reservados sus desplazamientos y que en muchos casos tendrán que renunciar a acompañar a su equipo.
Una situación similar ya se vivió la pasada semana, cuando la LFP cambió por dos veces los horarios fijados en un principio. El Alavés fue uno de los más afectados, ya que en principio iba a jugar a las 19.15 horas, después a las 19.00 y finalmente su partido en Alcorcón acabó arrancando a las 17.00. Los más quejosos entonces fueron los osasunistas, ya que muchos no se pudieron desplazar a San Mamés al retrasarse su duelo contra el Athletic desde las 17.00 a las 19.00. Eso en un partido que inicialmente estaba previsto que se disputase el lunes.
En esta ocasión, el cambio horario viene marcado por el amistoso de la selección española en Saint Gallen contra Bosnia, que comenzará a las 18.00 horas de ese domingo 29. Datos que se conocen desde el pasado 11 de marzo, por lo que la decisión de la LFP de anunciar el lunes unos horarios para retrasarlos ayer dos horas se hace inexplicable.
Dicha variación no afecta gravemente al Alavés -aunque sí a algunos de sus aficionados-, que juega ese día en Mendizorroza contra el Numancia. Pero eso no quiere decir que los aficionados albiazules no anden revueltos. Y, una vez más, con la figura del Athletic como trasfondo. Primero fue el cambio de escenario de San Mamés, ya en obras, a Lasesarre. Una cuestión con la que tampoco se hizo demasiada sangre, a pesar de que muchos veían cierta mano negra detrás. Lo que no hace ninguna gracia es que en el campo de Barakaldo el coste de las entradas sea el mismo que en la habitual sede rojiblanca.
Las entradas para todas las aficiones visitantes en San Mamés en la Liga Adelante han costado 30 euros a lo largo de toda la temporada. Una cifra que, si nada cambia, se va a mantener en Lasesarre. Desde Iraultza se anunció ayer un “boicot” por ese elevado precio de las entradas al entender que no se puede pagar tanto por el fútbol. Por eso, la peña estará animando al equipo desde fuera de Lasesarre como ya hiciese en Anduva.
Además del previsible elevado precio de las entradas, el desplazamiento a Lasesarre impedirá una mayor presencia de alavesistas en ese partido que se perfila como decisivo. El Athletic enviará a Mendizorroza 1.400 pases, pero el Alavés estará atento a ver qué pasa con los 5.000 que tienen reservados los socios rojiblancos, ya que si sobran el remanente podría venderse en Vitoria.
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