Entre los arrestados se encontraría un conocido miembro del grupo de ultraizquierda Brigadas Amarillas que ya ha estado investigado por otros incidentes anteriores.
La Policía Nacional ha detenido este martes a cinco personas por su presunta participación en el ataque ideológico perpetrado el sábado 24 de septiembre contra los asistentes a la presentación de un libro sobre José Antonio Primo de Rivera en Cádiz. Según recoge La Voz Digital, entre los arrestados se encuentra un conocido miembro del grupo de ultraizquierda Brigadas Amarillas que ya ha estado investigado por los daños que causó a un vehículo de la Policía Local el día del encuentro entre el Cádiz y el Ferrol en el estadio Ramón de Carranza. Fue acusado junto a otras personas de un delito de daños por los que tendrían que hacer frente a un coste superior a 6.000 euros más la multa que considere el juez. También tendrán que abonar una indemnización por los días que la Policía Local no pudo en aquel momento hacer uso del coche dañado.
Los arrestados permanecerán en los calabozos de San Fernando hasta que pasen a disposición judicial. La investigación -declarada secreta a la espera de remitir las diligencias efectuadas a la autoridad judicial- continúa abierta y no se descartan nuevas detenciones.
Como ya publicó Gaceta.es, el entorno ultraizquierdista gaditano está compuesto por radicales afines a Podemos y al Partido Comunista, además de por las Brigadas Amarillas del Cádiz C.F. Este grupo está hermanado con los ultras del Rayo Vallecano, Bukaneros, y en los partidos de fútbol acostumbra a lanzar mensajes como: “ETA, mátalos” -dirigiéndose a los agentes de la Policía- o “puta España”.
El propio autor de la obra José Antonio, el hombre que todos convirtieron en mito, Pepe de las Heras, relataba en una carta publicada en los medios locales que en los momentos previos al inicio de la presentación celebrada en el hotel Las Cortes de Cádiz un grupo de“energúmenos” de extrema izquierda “provocaron, insultaron, amenazaron de muerte y agredieron” a los asistentes al acto. De las Heras recuerda cómo “volaron contra nosotros botellas, vasos, mesas y sillas de la cafetería”. La violencia de los “salvajes radicales”, que destrozaron también mobiliario urbano e incluso arrancaron una señal de tráfico para emplearla como arma, provocó que las personas que caminaban por las inmediaciones del complejo hotelero se vieran obligadas a correr y refugiarse.
La llegada de la Policía Nacional “evitó males mayores” y puso fin al ataque ultraizquierdista. Los agresores podrían ser acusados de un delito de desórdenes públicos y un delito de odio, ya que habrían actuado movidos por motivos ideológicos.
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