Más allá de la polémica del penalti, los aficionados abandonaron el feudo extremeño repartiendo los puntos de la jornada 11 de Segunda División B.
Sin embargo, una serie de ultras se dedicaron a perseguir y apedrear a la hinchada visitante, que compartió su pánico a través de las redes sociales.
Tanto el Badajoz como el San Fernando coincidieron en denunciar los hechos y la Polícia tratará de identificar a los cafres que se entretuvieron en lanzar piedras sobre el autobús del conjunto andaluz.
Los aficionados del CD San Fernando que viajaron a Badajoz para presenciar este domingo el partido de Liga de su equipo en El Vivero, correspondiente a la jornada 11 en el Grupo IV, no olvidarán durante mucho tiempo el encuentro, que acabó con empate (2-2), y no precisamente por motivos deportivos. Al término del duelo y tras emprender el camino de regreso, radicales del conjunto extremeño persiguieron durante varios kilómetros el bus en el que regresaban, aunque la actuación de la Policía impidió que fuera atacado como, al parecer, era la intención de los ultras.
Al salir del estadio, los aficionados del San Fernando, entre los que se encontraban varias personas mayores, mujeres y niños, tuvieron que sufrir los insultos e improperios de un reducido grupo de hinchas del Badajoz. Lo peor para ellos comenzó cuando el vehículo emprendió el camino de vuelta hacia Cádiz y se dieron cuenta de que radicales del cuadro extremeño les perseguían en sus coches. Ante el temor de ser atacados, rápidamente dieron aviso a la Policía, que evitó que una veintena de ultras que esperaban en las afueras de Badajoz pudieran apedrear el autobús.
Fuentes del San Fernando, que destacaron y agradecieron el cordial trato dispensado por la directiva del Badajoz durante toda la jornada, confirmaron a ABC que no se produjo ninguna agresión, aunque en el autobús de los seguidores azulinos se vivieron minutos de mucha tensión hasta que la Policía hizo acto de aparición.
El entrenador del San Fernando, José María Pérez Herrera, y varios jugadores del conjunto gaditano lamentaron en las redes sociales el susto que tuvieron que vivir sus aficionados, a los que mandaron mensajes de ánimo.
«Se vivieron muchos momentos de pánico»
No llegó la sangre al río, pero faltó poco. Los hinchas del San Fernando que se desplazaron el pasado domingo a Badajoz para ver como su equipo empataba a dos goles ante el cuadro pacense en El Vívero cerca estuvieron de vivir una pesadilla que se acabó con la presencia policial una vez que el autobús enfilaba ya la salida de la ciudad extremeña. La película de los hechos la cuenta Jesús García, componente de la peña Templo Azulino y testigo de lo ocurrido.
Lo peores ataques son los imprevisibles. Y así quiso ser el que orquestaron los ultras de club albinegro. «No había pasado absolutamente nada. Ni durante el encuentro ni durante los momentos previos. La gente de allí tuvo un comportamiento de categoría con todos nosotros; desde la directiva del Badajoz hasta su afición si quitamos a esos veinte que intentaron atacarnos a la finalización del encuentro», comenta García.
Y es que al término del encuentro todo se desarrolló de una manera de lo más habitual. «Acabó el partido, nos quedamos un poco más para aplaudir al equipo y salimos hacia el autobús con total normalidad y mezclados entre aficiones y personas que se iban a por sus coches al término del partido», relata este hincha azulino, que señala a la policía por su actuación, que pasó de extremadamente disuasoria con los hinchas locales a dejación en apenas diez minutos. «Estábamos andando hacia los autobuses cuando aparecieron cerca de treinta ultras insultándonos y amenazándonos._Ante esto, la policía sacó las porras, los escudos y dio varios bolazos de gomas al aire provocando una desbandada y dando lugar a escenas muy tensas. Yo mismo reculé y me volví a meter en el estadio, pero con nosotros también viajan personas mayores, niños, mujeres y algún minusválido que pasaron momentos de pánico. Una vez que los ultras de ellos desaparecieron pudimos subir a autobús y emprender el viaje de regreso», comenta García.
Llamada a la policía
Ya en el bus, donde también viajaban unos quince miembros del grupo Orgullo Isleño, retornó la calma. Pero fue por poco tiempo porque los ultras pacenses no desistieron en su intento de atacar a la comitiva azulina. Es aquí, precisamente, donde este aficionado isleño denuncia la pasividad de la policía antidisturbio. «Nos montamos en el autobús y desapareció la escolta policial». Momento que los ultras locales aprovecharon para organizarse y amargar la salida de la ciudad de los aficionados del San Fernando. «De pronto, vimos como nos estaban siguiendo coches particulares de los ultras y motos. Desde dentro del autobús veíamos como se nos insultaban y se nos hacían gestos de todo tipo amenazándonos con tirarnos piedras. Para colmo, el autobús tuvo que callejear bastante para encontrar la salida de la ciudad y el acoso de los ultras se hacía más patente incluso. Fue tal el agobio que a mí Badajoz me pareció una ciudad grandísima porque no terminábamos de coger la carretera entre tantas calles», recuerda García, que también destaca ver «a tres pibes de corta edad haciéndonos el saludo fascista ante mi sorpresa porque para mí que eso ya no se veía».
La situación llegó a un punto en el que Pedro Ramírez, vocal del San Fernando y uno de los organizadores del desplazamiento, tuvo que telefonear a la policía para reclamar de nuevo su presencia. Y menos mal. «La llegada de la policía evitó males mayores seguro porque vimos como justo en la salida de la ciudad estaban esperando a nuestro autobús una docena de personas con la clara intención de apedrearnos en nuestra salida. De no ser por el acompañamiento policial seguramente hubiéramos recibido el impacto de una piedra, pero las luces de las furgonas de la policía motivaron que los ultras tuvieran que abandonar su posición a la carrera para no ser detenidos».
La noticia del amago de agresión que sufrieron los hinchas cadistas no ha pasado desapercibida en la red. De hecho, desde el San Fernando se cree «que el asunto se está yendo de madre porque felizmente no pasó nada aunque no por ello se tenga que condenar la actitud lamentable de los ultras pacenses».
Medios nacionales se han puesto en contacto con el club isleño, que aunque ha intentado rebajar la tensión comprende que «no es plato de buen gusto saber que nuestros aficionados tuvieron que vivir algunos momentos de pánico».
En todo caso, y al igual que su afición, desde el San Fernando se agradece la actitud que «en todo momento tuvo la directiva del Badajoz así como la práctica totalidad de sus aficionados a excepción de unos pocos».
«Se vivieron muchos momentos de pánico»
No llegó la sangre al río, pero faltó poco. Los hinchas del San Fernando que se desplazaron el pasado domingo a Badajoz para ver como su equipo empataba a dos goles ante el cuadro pacense en El Vívero cerca estuvieron de vivir una pesadilla que se acabó con la presencia policial una vez que el autobús enfilaba ya la salida de la ciudad extremeña. La película de los hechos la cuenta Jesús García, componente de la peña Templo Azulino y testigo de lo ocurrido.
Lo peores ataques son los imprevisibles. Y así quiso ser el que orquestaron los ultras de club albinegro. «No había pasado absolutamente nada. Ni durante el encuentro ni durante los momentos previos. La gente de allí tuvo un comportamiento de categoría con todos nosotros; desde la directiva del Badajoz hasta su afición si quitamos a esos veinte que intentaron atacarnos a la finalización del encuentro», comenta García.
Y es que al término del encuentro todo se desarrolló de una manera de lo más habitual. «Acabó el partido, nos quedamos un poco más para aplaudir al equipo y salimos hacia el autobús con total normalidad y mezclados entre aficiones y personas que se iban a por sus coches al término del partido», relata este hincha azulino, que señala a la policía por su actuación, que pasó de extremadamente disuasoria con los hinchas locales a dejación en apenas diez minutos. «Estábamos andando hacia los autobuses cuando aparecieron cerca de treinta ultras insultándonos y amenazándonos._Ante esto, la policía sacó las porras, los escudos y dio varios bolazos de gomas al aire provocando una desbandada y dando lugar a escenas muy tensas. Yo mismo reculé y me volví a meter en el estadio, pero con nosotros también viajan personas mayores, niños, mujeres y algún minusválido que pasaron momentos de pánico. Una vez que los ultras de ellos desaparecieron pudimos subir a autobús y emprender el viaje de regreso», comenta García.
Llamada a la policía
Ya en el bus, donde también viajaban unos quince miembros del grupo Orgullo Isleño, retornó la calma. Pero fue por poco tiempo porque los ultras pacenses no desistieron en su intento de atacar a la comitiva azulina. Es aquí, precisamente, donde este aficionado isleño denuncia la pasividad de la policía antidisturbio. «Nos montamos en el autobús y desapareció la escolta policial». Momento que los ultras locales aprovecharon para organizarse y amargar la salida de la ciudad de los aficionados del San Fernando. «De pronto, vimos como nos estaban siguiendo coches particulares de los ultras y motos. Desde dentro del autobús veíamos como se nos insultaban y se nos hacían gestos de todo tipo amenazándonos con tirarnos piedras. Para colmo, el autobús tuvo que callejear bastante para encontrar la salida de la ciudad y el acoso de los ultras se hacía más patente incluso. Fue tal el agobio que a mí Badajoz me pareció una ciudad grandísima porque no terminábamos de coger la carretera entre tantas calles», recuerda García, que también destaca ver «a tres pibes de corta edad haciéndonos el saludo fascista ante mi sorpresa porque para mí que eso ya no se veía».
La situación llegó a un punto en el que Pedro Ramírez, vocal del San Fernando y uno de los organizadores del desplazamiento, tuvo que telefonear a la policía para reclamar de nuevo su presencia. Y menos mal. «La llegada de la policía evitó males mayores seguro porque vimos como justo en la salida de la ciudad estaban esperando a nuestro autobús una docena de personas con la clara intención de apedrearnos en nuestra salida. De no ser por el acompañamiento policial seguramente hubiéramos recibido el impacto de una piedra, pero las luces de las furgonas de la policía motivaron que los ultras tuvieran que abandonar su posición a la carrera para no ser detenidos».
La noticia del amago de agresión que sufrieron los hinchas cadistas no ha pasado desapercibida en la red. De hecho, desde el San Fernando se cree «que el asunto se está yendo de madre porque felizmente no pasó nada aunque no por ello se tenga que condenar la actitud lamentable de los ultras pacenses».
Medios nacionales se han puesto en contacto con el club isleño, que aunque ha intentado rebajar la tensión comprende que «no es plato de buen gusto saber que nuestros aficionados tuvieron que vivir algunos momentos de pánico».
En todo caso, y al igual que su afición, desde el San Fernando se agradece la actitud que «en todo momento tuvo la directiva del Badajoz así como la práctica totalidad de sus aficionados a excepción de unos pocos».
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