El director deportivo del Ceares, Roberto Colunga, lamentó ayer que los encapuchados de ideología neonazi que agredieron al vicepresidente de la directiva de la que es miembro, Gerardo Rodríguez, son grupos que "necesitan un ratón para cazar". A su juicio se trata de sujetos que "siempre buscan un objetivo y un enemigo para justificar su hipocresía e intolerancia".
Colunga, que fue diputado en la Junta General del Principado por Bloque por Asturies (BA) en la pasada legislatura, avanzó que el Unión Club presentará una denuncia contra los responsables de la agresión al margen de la interpuesta por Rodríguez, quien recibió dos puñetazos en el rostro y una patada en el pecho tras negar a los ultras el acceso al campo de La Cruz. El directivo del Ceares también opinó que los integrantes de estos grupos radicales "se sienten intocables e impunes porque los jueces miran para otro lado". Algo que espera que no vuelva a suceder con la denuncia que interpondrá su junta directiva.
Los hechos
Un grupo de entre 30 y 40 jóvenes, en su mayoría encapuchados, agredieron ayer de forma brutal al vicepresidente del Ceares, a la entrada del campo de La Cruz. Los hechos ocurrieron en torno a las 15.30 horas, hora y media antes del inicio del partido de Tercera División entre el Unión Club y El Praviano, cuando dentro de la instalación deportiva sólo se encontraba un reducido grupo de personas incluidos los jugadores locales.
Según relató ayer el propio agredido los encapuchados se concentraron a las afueras del campo del Ceares y, «de muy malos modos», intentaron acceder al recinto deportivo. «Al principio pensamos que eran seguidores del Praviano, pero la forma en que iban vestidos nos hizo ver que no era así», indica. Todos llevaban idéntica indumentaria: ropa negra de la cabeza a los pies y algunos de ellos ocultaban su rostro con pasamontañas. «No venían a felicitarnos. Venían a montar jaleo. Eran todos de la peña Ultra Boys, seguidores de ideología neonazi del Sporting», añade el vicepresidente del Ceares.
De acuerdo con su versión, la víctima salió al encuentro de sus agresores delante de la zona de taquillas y se dirigió a uno de los cabecillas: «Estoy en mi casa y no quiero que entréis. Si queréis pasar, pagad 12 euros que es lo que cuesta ver un partido en Tercera División». Entonces sin mediar palabra, el directivo recibió de forma sucesiva dos puñetazos en el rostro que le hicieron caer dos veces al suelo y una patada en el pecho. «Me pegaron dos. Del que me golpeó primero me suena la cara, porque en Gijón nos conocemos todos», explicó el propio Rodríguez ayer a EL COMERCIO mientras se aplicaba hielo en la maltrecha cara.
Otros directivos y familiares del Unión Club acudieron en auxilio del agredido e intentaron cerrar el portón para salvaguardar la instalación. Rodríguez no llegó a perder la consciencia, pero sí quedó unos minutos «completamente desorientado» tras recibir la paliza.
Según asegura Miguel Ángel Lozano, secretario del club y testigo de los hechos, una llamada preventiva al 091 desde el club impidió que la cosa pasara a mayores. «Fue escuchar las sirenas y aparecer el vehículo de la Policía Nacional y el grupo de encapuchados escapó a todo correr y sus miembros se dispersaron por la zona de La Tejerona». Agentes de este cuerpo custodiaron toda la tarde la entrada al campo para disuadirles de volver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario