19 de agosto de 1961. Partido Banfield-Quilmes. Sin saberlo, los jugadores de ambos equipos durante su duelo de la Liga argentina asistirán a algo histórico y más bien desconocido todavía hoy en día: la invención del lanzamiento de papelitos como forma de animar, de darle ambiente a un encuentro.
Y es que la hinchada de Quilmes Atlético Club ya usó mucho antes el masivo lanzamiento de papeles que luego se popularizaría como la imagen más recordada por todos del Mundial de Argentina 78, en el estadio Monumental de River Plate, con ocasión de los partidos de la selección albiceleste de César Luis Menotti.
Lo que lanzaban los hinchas ahora de manera masiva en el encuentro como visitantes ante el máximo rival Banfield del 61 fueron 210.000 etiquetas de la cerveza que da sentido por fundación allí a la ciudad de Quilmes y a su club de fútbol. Pero la idea se fue gestando en encuentros anteriores y creciendo poco a poco. Y es que por la ocurrencia de un hincha habían conseguido de la cervecería en bolsas de a 3.000. hasta 90 millones de etiquetas ya descartadas por antiguas.
El día elegido, tras fallar la logística por un desacuerdo entre barras bravas (los ultras argentinos) contra All Boys, fue la visita al estadio Florencio Sola de Banfield, ‘el Taladro’, y se saldó, además, con victoria por 0-1 con gol de Ángel del Moro.
Tras lo acontecido, un ambiente espectacular jamás visto, la prensa atacó con dureza a la hinchada de Quilmes por estimar que se ensuciaba el terreno de juego innecesariamente y hasta la Asociación de Fútbol Argentino multó a la cervecera por publicidad encubierta en el lanzamiento de sus etiquetas.
La empresa cervecera, aunque en origen no lo hizo con intención alguna, vio el asunto como una oportunidad, efectivamente, de promocionar su producto y le compensó pagar multas y seguir haciéndolo hasta que en el Quilmes-San Lorenzo de 1962 ya se lanzaron sus etiquetas desde las cuatro tribunas del estadio local.
La afición argentina no lo entendió sólo como un acto publicitario y copió a Quilmes en el lanzamiento de papelitos y añadió por generación espontánea el espectacular uso de rollos de papel higiénico tan populares. En Quilmes había nacido una forma de animar con ‘copyright’…
COPA DO MUNDO DE 1978, CLEMENTE "Y TIREN PAPELITOS MUCHACHOS"
La costumbre se fue expandiendo por los campos Argentinos y cuando llegó el Mundial 78 se generó una polémica en torno al tema. El narrador José María Muñoz (el gordo Muñoz, apodado ‘el relator de América’) se hizo eco de la prohibición impuesta por la dictadura militar e inició una intensa campaña insistiendo a los hinchas a no tirar papeles al campo. Hay que ubicarse en aquella época en que TODO estaba prohibido: tirar papelitos en la campo se había convertido en toda una provocación, una acción de rebeldía ante la dictadura que podía incluso costar la vida… ( suena exagerado pero era así.)
Sin embargo, desde las páginas de una revista de la época llamada Clarín (ahora portal de noticias por internet), el humorista Caloi (Carlos Loiseau), utilizo una página de esa revista con la foto de todo un fondo tirando papeles y a través de su personaje Clemente diciendo la frase de “Tiren papelitos muchachos”, incitando a los aficionados Argentinos que a pesar de la prohibición, ellos siguieran lanzando papeles, tal repercusión tuvo dicha pagina que de allí nació el famoso estribillo:
Mire mire qué locuraaaa…
Mire mire qué emocióooon…
Tire tire papelitos, vamos Argentina que sos el campeón”
La gente respondió de manera maravillosa. Desafiando a la prohibición oficial inundó los campos de papeles, cintas y serpentinas. Los papelitos se convirtieron, así, en una manifestación de libertad.
Hoy en día los papelitos siguen cubriendo no sólo el césped de las canchas argentinas sino que el fenómeno se ha trasladado a muchos países.
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