Ningún jerezano pudo imaginar hace unos años, cuando el Xerez Club Deportivo llegó a jugar en la mejor liga de fútbol del mundo, que el futuro del xerecismo unos años después fuera un derbi Xerez versus Xerez en la recién creada División de Honor Andaluza. La afición, confusa tras el descenso administrativo que acompañó al Deportivo en el verano de 2013, se dividió entre los que consideraban que había que crear una nueva entidad ante los problemas del primer club de la ciudad y los que abogaban por continuar y rescatar a este. Los problemas en la directiva y la presidencia, con Joaquín Morales y su sucesor Ricardo García, así como su sobredimensionada deuda –más de 10 de millones de euros sólo a Hacienda, tal y como se declara en la lista de morosos del Gobierno- fue el móvil principal para la creación del Xerez Deportivo Fútbol Club el 28 de junio de 2013. Con la sospecha de la desaparición del Club Deportivo, la asamblea del Xerez DFC decidió aprobar su participación en competición oficial. Tres años después todo sigue igual, ni el primero desapareció ni el segundo supuso la refundación o unificación con el primero.
La noche del domingo 11 de septiembre de 2016 el Xerez Club Deportivo se enfrenta como local al Xerez Deportivo Fútbol Club. Atrás parece haber quedado la sana pero tradicional rivalidad del xerecismo con el industrialismo. “Esto no tiene sentido, este partido no debería de haberse jugado” asegura un aficionado en el Municipal de Chapín. Antes de comenzar el encuentro se escuchan los primeros gritos, “Xerez sólo hay uno”. Visiblemente vacío aunque con una buena entrada para un partido de la División de Honor Andaluza -categoría inmediatamente inferior a la Tercera División-, el Municipal de Chapín presencia la fragmentación de la afición xerecista. La mayoría de los aficionados del Xerez Deportivo F.C. no asisten al encuentro, como tampoco lo hace el conjunto de sus directivas ni el Kolectivo Sur, que manifestó días atrás el gesto "como forma de protesta y como símbolo para no alimentar tensiones, morbos y especulaciones". Algunos asistentes se reafirman: “No queremos dar pie a un enfrentamiento entre hermanos, no vamos a celebrar ni un solo gol”. “El nuevo club es un invento de algunos que quieren aprovecharse de la situación y destruir al Xerez C.D.”, asegura otro aficionado, en este caso del Deportivo, con un evidente gesto de resignación. “No me representan porque han abandonado al que ha sido nuestro club durante toda la vida, con el Xerez hasta la muerte” dice mientras advierte indignado que “tarde o temprano ese club de los 'efecistas', que no son xerecistas, desaparecerá porque no representa al xerecismo”. Sí asisten los dirigentes y el presidente de Honor del Xerez C.D., Rafael Verdú. En la barra de bar de la Tribuna del Municipal de Chapín algunos aficionados, con camisetas de uno y otro equipo, se saludan fervientemente. En la grada, a punto de comenzar el encuentro, una pancarta del grupo ultra “Hools XCD” declara “El equipo de nuestra vida”.
El árbitro pita el silbato y el cronómetro echa a andar. Probablemente los 90 minutos más largos de muchos xerecistas. Dani Pendín, entrenador del Xerez D.F.C., y Carlos Fontana, del Xerez C.D., dirigen con entusiasmo a sus equipos. Y la afición local lo recuerda con gritos de "Pendín traidor" y abucheos también para el presidente de la entidad, José Ravelo. Dos figuras históricas del xerecismo que cargaron durante toda la noche con la cruz de lo que es un verdadero conflicto social en el deporte de la ciudad. “Jerez no se merece esto” comenta un aficionado, “estamos manteniendo al Xerez C.D. colaborando como buenamente podemos porque no tenemos un duro” asegura otro. “Si hoy ganamos volveremos a reenganchar a aficionados del nuevo club, que es una moda, pero esto pinta muy mal, ellos tienen mejor equipo”. Acompañado de no muy buen fútbol, el Xerez C.D. se adelanta en primer lugar con un gol de cabeza de Alberto Orellana tras un córner de Carlitos. Chapín tiembla y el equipo lo celebra por todo lo alto. Pero la alegría sólo le dura tres minutos al conjunto local, ya que Cuenca empata el partido. Con algo más de agresividad en la grada que en el campo, la segunda parte vuelve a ser más de lo mismo. El encuentro lo resuelve Barba en el último minuto, dando la victoria al Xerez Deportivo Fútbol Club.
Los aficionados del Xerez Club Deportivo reaccionan a la derrota con aplausos a su equipo y protestas ante la celebración de algunos de los aficionados visitantes. Una bengala y los cánticos de los hooligans del Xerez C.D. revelan que la tensión es máxima: “No son xerecistas, son hijos de...”. Un asistente se lamenta profundamente, “esto no es normal, qué poco respeto”. La noche negra del xerecismo ve su fin con el lanzamiento de un objeto de la grada hacia el entrenador del Xerez Deportivo F.C., Dani Pendín, quien asegura que no lo denunciará para no perjudicar al Xerez C.D. Los aficionados, revueltos a la salida del estadio, discuten llegando en algunos casos a las manos. Tras la mediación de la Policía Nacional los asistentes se dispersan de vuelta a sus casas. Los reproches, los insultos y las carreras por las inmediaciones del coliseo que dio a Jerez el mejor fútbol de su historia serán parte, sin embargo, de la historia del xerecismo. Una noche azul y negra.
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