El choque de Saint Etienne en su casa contra sus feroces rivales Lyon, que terminó con la goleada del visitante por 5-0, estuvo interrumpido durante media hora después que Nabil Fekir mostrara -a lo Lionel Messi- su camiseta al público tras conseguir el quinto tanto.
El gesto, tomado como una provocación por los hinchas de Saint Etienne provocó una invasión de campo. Los fanáticos comenzaron a pelear con el personal de seguridad y la policía antidisturbios inundó de manera inmediata el campo de juego, mientras los jugadores se refugiaron en el túnel.
Se tomó la decisión de vaciar el estadio de los fanáticos para que el juego pudiera terminar.
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