En Chipre ser árbitro puede estar considerado una profesión de alto riesgo. Anoche, la sede de la Asociación de Árbitros de Chipre fue atacada por una bomba casera que explotó en los aledaños del edificio sobre las 03:30 de la madrugada, causando daños graves en la fachada y sin afectar a ninguna persona dadas las horas en las que se produjo el incidente, según ha informado la policía.
Tanto la FIFA como la Federación Chipriota de Fútbol condenan el atentado, asegurando que "Los ataques lesionan el fútbol chipriota, que en los últimos años consiguió grandes éxitos" y, según la policía, podría ser obra de hinchas radicales.
Se trata del tercer ataque a este gremio en menos de un mes, ya que a comienzos de octubre otro artefacto explotó en el mismo emplazamiento sin provocar apenas daños y hace casi un mes los ultras lanzaron un cóctel molotov a la casa de un árbitro asistente en la localidad de Limassol, población al sur de la isla. También en marzo de este mismo año, un artefacto explosivo acabó con el coche del colegiado internacional Leontios Trattos, lo que provocó que todos los árbitros convocasen una huelga dada la peligrosidad que ha adquirido su profesión.
La Primera División de la liga chipriota está compuesta por doce equipos, los cuales presentan aficiones de grandes rivalidades muy arraigadas a sus ideales políticos. Sin ir más lejos, en la capital el APOEL de Nicosia es el club de los conservadores y el Omonoia Nicosia es la entidad de los ciudadanos de izquierdas.
No es la primera vez que el mundo del fútbol sufre este tipo de ataques con artefactos explosivos, hace dos temporadas durante el derby entre el Omonoia Nicosia y el Anorthosis, los hinchas arrojaron un explosivo no muy fuerte en la zona donde uno de los futbolistas estaba siendo atendido tras una entrada.
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