La ciudad de Nápoles acogerá el sábado un partido de máxima tensión, el primero del equipo local contra la Roma desde la muerte de un 'tifoso' celeste, Ciro Esposito, en una pelea contra ultras del club de la capital, en mayo de este año.
Ante el riesgo a posibles venganzas de hinchas radicales napolitanos, la policía decidió prohibir cualquier desplazamiento de aficionados romanos y mantener al equipo visitante en secreto.
Antes de la final de la Copa de Italia Nápoles-Fiorentina, el 3 de mayo de este año, un seguidor de los primeros, Ciro Esposito, fue alcanzado por balas en circunstancias no aclaradas, a un kilómetro del Estadio Olímpico, en un enfrentamiento con ultras de la Roma.
El principal sospechoso, un exjefe ultra de la Roma, Daniele De Sanctis, fue acusado de homicidio voluntario.
El aficionado de 31 años murió el 25 de junio en el hospital Gemelli de Roma, durante la disputa del Mundial en Brasil.
Un sector destacado de los 'tifosi' napolitanos pide venganza desde entonces y en cada partido se exhibe una gran pancarta donde se lee "Ciro vive" (Ciro está vivo).
La madre de Ciro Esposito, Antonella Leardi, hizo el martes un llamamiento a la calma, deseando que "Nápoles y Roma puedan enfrentarse en un clima de hermandad", pero las fuerzas del orden temen que el partido sea la excusa para actos violentos.
La justicia italiana prohibió la venta de entradas a personas de la región de Lazio, donde se encuentra la ciudad de Roma. En Italia no se puede comprar una entrada para un partido de fútbol sin presentar un documento de identidad.
Por su parte, el Nápoles aumentó el precio de las entradas para el partido, pero la expectación es máxima. Se espera la presencia al menos de 50.000 espectadores, cuando el domingo contra el Hellas Verona, otro 'equipo enemigo' desde hace muchos años, sólo estuvieron en la grada 25.000 personas.
En el estadio, la presencia de las fuerzas del orden estará reforzada, ya que se considera un partido "con altos riesgos", según el Observatorio Nacionales de Eventos Deportivos, que depende del Ministerio del Interior.
La brigada contra las bandas (DIGOS) también ha previsto vigilar la autopista Roma-Nápoles para detectar posibles desplazamientos de 'tifosi' de la Roma y evitar enfrentamientos en las áreas de descanso de la carretera, una 'práctica' común entre los ultras italianos.
La Roma viajará el viernes, con escolta, y el hotel donde se alojará se mantendrá en secreto para evitar ataques.
Un sector de los ultras del equipo capitalino ha querido separarse de la figura de De Sanctis, el presunto asesino, que fue expulsado de la "Curva Sur" del estadio Olímpico hace ocho años.
"La muerte de Ciro Esposito fue una enorme tragedia, pero completamente ajena al mundo de los ultras", escribieron recientemente seguidores radicales de la Roma, dando marcha atrás con respecto a un comunicado emitido tras el drama del 3 de mayo, en el que señalaban que no condenaban a un "exhermano".
Si todo transcurre dentro de los cauces normales el sábado, la tensión se canalizará únicamente en insultos hacia los jugadores de la Roma. Un mal menor para un fútbol italiano donde la violencia de los hinchas es un problema que preocupa en los últimos años.
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