La Comisión de Control, Disciplina y Ética, que se reúne este jueves en Nyon (Suiza), no tiene previsto sancionar a las federaciones de Serbia y Albania por los graves incidentes ocurridos en el campo del Arsenal hasta más adelante, concretamente el próximo 23 de octubre. La UEFA ha abierto expediente de lo ocurrido y prefiere analizar detenidamente los informes de los delegados suyos en ese partido, así como el del colegiado inglés Martin Atkinson que fue quien se vio obligado a parar el partido y suspenderlo definitivamente posteriormente. El propio presidente de lqa UEFA, Michel Platin ha dicho que "no hay excusa alguna" para lo que sucedió sobre el césped del estadio de Belgrado. El 'palo' que pueden recibir, uno y otro equipo, puede ser histórico, aunque es aventurado arriesgarse a decir si será de cierre prolongado del estadio y pérdida de puntos, expulsión del Euro Francia 2016 o de la propia UEFA durante una temporada. En contra de Serbia juega su amplio historial de incidentes violentos de toda clase (sobre todo en el Italia-Serbia disputado en Génova hace cuatro añoa) o su reiterado desprecio en temas de racismo u homofobia. Por parte de Albania constará su provocaciòn con la bandera paseada con un dron y su agresión al defensa Stefan Mitrovic que la sujetó y derribó el aparato. Una y otra federación deben temer duras sanciones.
El día después de los incidentes tampoco ha ayudado a clarificar las cosas para enfado de la UEFA. Por un lado los serbios acusan a los albaneses de haber orquestado todo como una provocación de índole pollítico con Kosovo de 'leiv motiv', de haber iniciado la tangana entre los dos equipos y reconocen la invasión de campo por parte de sus temidos ultras que agredieron a los futbolistas albaneses en repetidas ocasiones.
Por su parte Albania ha explotado políticamente los incidentes, recibiendo a sus jugadores como héroes y permitièndose el lujo de pedir que la UEFA sancione a Serbia con la derrota 0-3 como responsable de lo ocurrido. Si faltaba algo, el primer ministro de Albania, Edi Rama, tenía prevista una visita oficial a Belgrado la próxima semana, la primera desde la época del dictador Enver Hoxha. Parece que no sea lo más conveniente y puede ser suspendida, lógicamente, salvo que exista un ánimo de arreglar la situación de conflicto político entre ambos países, que, parece que no es el caso, por lo visto en el partido entre Serbia y Albania. Fuentes del gobierno albanés han negado que el hermano del primer ministro, Olsi Rama. fuera quien 'dirigiera' el dron que sobrevoló el estadio del Partizán. El ministerio del Interior de Serbia llegó a afirmar que había sido detenido tras el partido por haberse confirmado que el fue quien manipuló el vuelo del dron ya famoso con la bandera de la Gran Albania. El propio Olsi, que posee también pasaporte de Estados Unidos, lo negó todo, aunque reconoció que sí fue aislado por la policía serbia. Un grupo de seguidores albaneses se han hecho publicidad en las redes sociales reivindicando la acción, identificándose como los autores del vuelo del dron con la bandera. Hasta han dado nombres. Pero no existe confirmación oficial.
La UEFA ha hecho público los conceptos iniciales por los que se les ha abierto expediente a las federaciones de Serbia y Albania. Los procedimientos disciplinarios se han abierto en contra de la Federación Serbia de Fútbol son por lanzamiento de bengalas y cohetes (artículo 16 (2) (b) y (c) Reglamento de Disciplina de la UEFA), incidentes del público (art. 16 (2 ) (h) DR), la invasión de campo por los seguidores ultras de Serbia (el art. (2) (a) DR), insuficiente organización (Art. 16 ((2) (d 16 (1) DR) y el uso de un puntero láser art. 16 ) DR). También se han abierto acciones disciplinarias contra la Asociación de Fútbol de Albania (FSHF) por negarse a jugar (el art. 27 (1) Competencia UEFA Reglamento) y la ostentación de una bandera ilícita (el art. 16 (2) (e) DR).
La UEFA tiene en sus manos un serio problema porque no se trata sólo de valorar unos incidentes graves que exceden lo futbolístico, sino también se une situación complicada en el escenario siempre difícil de los Balcanes a nivel político. Según cual sea la sanción habrá consecuencias colaterales. Serbia y Albania también tienen un serio problema en sus manos, sobre todo los primeros, con unos ultras muy, pero que muy peligrosos, a los que no controlan ni parecen querer hacerlo.
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