En Suiza, país organizador junto a Austria de la Eurocopa 2008, los delincuentes son, mayoritariamente, extranjeros. Según un estudio realizado hace dos años por la Universidad de Berna, entre el 80 y el 90% de los reclusos que pueblan sus 122 prisiones provienen de otros países.
Habituados a días y noches tranquilos, los suizos, gente previsora, se preparan para un mes frenético. La mayoría de aficionados que acudirán al torneo son pacíficos, pero las autoridades helvéticas temen a los ultras que acompañan a ciertas selecciones y a los delincuentes que aprovechan cualquier cita tumultuosa para hacer de las suyas.
Por eso han decidido habilitar dos edificios como cárceles provisionales. El primero es precisamente la antigua prisión de Schaellenmaetteli, en Basilea, la tercera ciudad más importante del país. Miembros del ejército están realizando las obras de remodelación necesarias para abrirla durante el campeonato y recluir en ella a los aficionados violentos que causen disturbios graves y sean arrestados.
En un gimnasio de Ittigen, ciudad del cantón de Berna, capital federal de Suiza, han instalado unos barracones a modo de cárcel provisional, en este caso destinada preferentemente a los delincuentes comunes que sean detenidos en las calles y en las inmediaciones de los estadios.
Según la Oficina Federal de Estadística, en 2005, la población carcelaria en Suiza sobrepasó por primera vez el límite de 6.000 presidiarios para un total de 6.540 plazas existentes entonces. El sistema penitenciario suizo tiene regímenes que van desde la prisión preventiva hasta la de alta seguridad, pasando por la abierta y semiabierta.
Habituados a días y noches tranquilos, los suizos, gente previsora, se preparan para un mes frenético. La mayoría de aficionados que acudirán al torneo son pacíficos, pero las autoridades helvéticas temen a los ultras que acompañan a ciertas selecciones y a los delincuentes que aprovechan cualquier cita tumultuosa para hacer de las suyas.
Por eso han decidido habilitar dos edificios como cárceles provisionales. El primero es precisamente la antigua prisión de Schaellenmaetteli, en Basilea, la tercera ciudad más importante del país. Miembros del ejército están realizando las obras de remodelación necesarias para abrirla durante el campeonato y recluir en ella a los aficionados violentos que causen disturbios graves y sean arrestados.
En un gimnasio de Ittigen, ciudad del cantón de Berna, capital federal de Suiza, han instalado unos barracones a modo de cárcel provisional, en este caso destinada preferentemente a los delincuentes comunes que sean detenidos en las calles y en las inmediaciones de los estadios.
Según la Oficina Federal de Estadística, en 2005, la población carcelaria en Suiza sobrepasó por primera vez el límite de 6.000 presidiarios para un total de 6.540 plazas existentes entonces. El sistema penitenciario suizo tiene regímenes que van desde la prisión preventiva hasta la de alta seguridad, pasando por la abierta y semiabierta.
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